La solemne procesión sacramental del Corpus Christi en Benavente cerró ayer la programación festiva del Toro Enmaromado. Una treintena de niños participaron en este tradicional desfile procesional que, aunque se ha mantenido en el tiempo, no ha logrado mantener el esplendor de antaño. La fiesta del Corpus Christi es una de las de mayor arraigo y tradición, que lograba unir en esta procesión a representantes de las distintas comunidades religiosas, así como las diversas cofradías gremiales y piadosas.

Niños que han hecho la comunión este año, de todas las parroquias de la localidad, han participado en esta celebración. Aunque han faltado "más de la mitad", según explicaban algunos devotos.

La celebración religiosa se llevó a cabo en la iglesia de Santa María la Mayor, a las siete y media de la tarde y, tras la homilía, salió la cruz y tras ella los niños, colocados en parejas para iniciar la procesión por las calles céntricas. Los protagonistas llevaban cestas con pétalos de flores, que fueron reponiendo sus acompañantes, y se encargaron de expandir por el suelo dejando un manto de colores por el suelo de La Rúa, la Plaza Mayor y Herreros. Tras los niños, procesionaba la custodia, en una mesa estrenada en 2015 y acompañada por numerosos devotos que fueron realizando oración en su recorrido.