Un proyecto promovido por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), que contará con el apoyo del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera (CSIC) y de las universidades de Salamanca, Granada y la Complutense de Madrid, busca conocer el perfil sísmico de unos 300 kilómetros, entre Anchuras (Ciudad Real) y Benavente, para lo que se efectuarán cinco explosiones este mes.

Los promotores de la iniciativa han explicado que pretenden construir un modelo litosférico integrado multidisciplinar del Sistema Central de la Península Ibérica, atravesando la cadena montañosa hasta la cuenca del Duero. Frente a la elevación de esta cordillera, la meseta se caracteriza por una altitud media de entre 600 y 700 metros, aunque se está elevando actualmente, siendo una de las más altas de Europa.

El modelo geológico y geofísico que se pretende obtener proporcionará nueva información que contribuya a entender la topografía y las razones de sus cambios, ya que estos reflejan una combinación de procesos profundos y superficiales y sus interacciones con la corteza. Se acepta que algunos de los aspectos principales que afectan a la respuesta topográfica son el espesor cortical y su litología, así como las propiedades físicas y la arquitectura interna de la corteza y el manto superior.

La propuesta incluye también un estudio multidisciplinar de la geología superficial y el empleo de otras técnicas geofísicas como la gravimetría. El proyecto tiene una duración de tres años (2015-2017) y está financiado con fondos del Ministerio de Economía y Competitividad y FEDER.

Una de las actividades principales del proyecto es la adquisición de un perfil sísmico de aproximadamente 300 kilómetros para conocer la naturaleza profunda de la corteza terrestre a partir de la velocidad de propagación de ondas sísmicas mediante a través de las diferentes tipos de rocas que la componen y ayudará a entender el porqué de la alta elevación de las mesetas del interior de la Península y la estructura de la corteza en el Sistema Central.

Este experimento será una prolongación de los perfiles ALCUDIA e IBERSEIS adquiridos previamente, por lo que su agregación dará como resultado un perfil de casi 900 kilómetros (desde el Golfo de Cádiz a la cuenca del Duero) que permitirá confeccionar un modelo geofísico de la Península.

Se realizará colocando, de manera generalmente alineada y simultánea, casi 1.000 estaciones sísmicas espaciadas a 500 metros. Registraran las ondas generadas por cinco explosiones de una tonelada de explosivo cada una que se detonaran en cinco localidades entre los extremos del perfil. El tiempo de llegada de las ondas sísmicas a cada una de las estaciones ayudará a conocer la velocidad de las rocas que componen el interior de la tierra y por lo tanto a entenderla y visualizarla.

Estas explosiones equivalen a terremotos de magnitud tres aproximadamente. Los disparos se realizarán los días 8, 9, 12,13 y 14 de junio en las localidades de Mancera de Arriba, entre Ávila y Salamanca); Anchuras (Ciudad Real); el Puerto del Pico (Ávila); Toro y Benavente.