Al mediodía el cielo de Fuentes de Ropel se volvía plomizo, con unos nubarrones que solo dejaron penetrar algún que otro tímido rayo de sol. Y eso, cuando la Virgen de la Cantimbriana era entronizada en su carroza para el desfile. Mientras los más pequeños se asentaban en la carreta, a los pies de la Señora, los sonidos de la música tradicional del trío de jóvenes que constituyen la agrupación zamorana "Alerta Gaitera" se dejaban oír a las puertas de la iglesia dedicada a San Pedro. El templo en el que reside la Virgen de la Cantimbriana cuya denominación se debe a evocaciones de los antiguos pobladores cántabros.

Desde la plaza de la iglesia y junto al crucero partía al mediodía de ayer la comitiva romera de devotos de la Señora, de los ropelanos y de los pueblos cercanos, algunos de la vecina provincia leonesa renovando una tradición festiva que se viene realizando desde hace siglos, hasta los años setenta del pasado siglo en la Dehesa de Rubiales y desde entonces hasta el plantío de la ribera del Esla. Aunque en esta ocasión y por segundo año consecutivo la cita romera se llevaba a cabo en la pradera de las instalaciones deportivas, del frontón y de las piscinas, a medio camino de la ribera. Parece ser que muchos de los vecinos mayores se inclinan ya por celebrar la campa cerca del pueblo. No obstante, los recuerdos se hacen presentes cuando los romeros cruzaban hasta hace dos años el río Cea, por el puente romano.

La Virgen de la Cantimbriana lucía sus mejores galas, porque los devotos se acercaban hasta ella, tanto en su recorrido por las calles de Fuentes de Ropel como en el área de ocio y deportiva donde se celebró una misa de campaña oficiada por el párroco Agustín Febrero y cantada por el coro parroquial.

Parecía que los colores rojo y oro del paño adamasquinado de la capa pluvial pretendían rivalizar en su luminosidad con la plata de la corona de la imagen de la Virgen. El cromatismo envolvía la carreta del desfile, el azul cielo y el blanco pureza resaltaron más aún el aire romero. Y los niños ayudaban a enmarcar la singular estampa que recorría el callejero de este pueblo rico en historia.Tras la misa de campaña, los devotos participaron en una comida romera antes del regreso con la Señora a su casa, a la iglesia.

En la jornada previa, se organizaron juegos y atracciones, así como una velada musical. Del programa de actos del sábado se encargó Iniciativas Ropelanas y de la cita romera del domingo, el Ayuntamiento y la junta parroquial.