La pequeña imagen de la Virgen de la Veguilla salía a la calle en su reluciente carroza, entre los vítores de los devotos. No faltaron los vivas a la Virgen, ni siquiera el jaleado "guapa, guapa". Los más que encendidos rayos de sol a las once de la mañana, se reflejaban sobre la plata del camerino de la Señora que acoge esta pequeña imagen pero de gran corazón.

La comitiva procesional hacía pasillo frente a la portada sur de la iglesia de Nuestra Señora del Azogue y a los sones del himno nacional los primeros portadores, los peñistas de "Te Ayudo Yo Valiente", quienes por turno les correspondía este año el privilegio de comenzar a portar las andas, se iniciaba el desfile. Hasta alguna paloma llegó a sobrevolar el limpio cielo benaventano como señal de regocijo. Tras la venerada imagen, los oficiantes religiosos, la reina y damas de las fiestas y la nutrida representación de autoridades y representantes institucionales encabezada por el alcalde Luciano Huerga Valbuena arropado por la presidenta de la Diputación Mayte Martín Pozo y el subdelegado del Gobierno Jerónimo García Bermejo.

Entre la abultada nómina institucional de miembros de la corporación municipal y alcaldes de la comarca, senadores, procuradores de las Cortes y representantes de instituciones y colectivos sociales de la ciudad. Aunque lo más importante de la comitiva se hacía notar abriendo paso a la Señora, el pueblo, la numerosa presencia de vecinos y, con especial incidencia, las agrupaciones peñistas.

A paso lento, con algún que otro baile de la carroza cada vez que le tocaba el turno a cada una de las agrupaciones peñistas, la Virgen de la Veguilla desfilaba por la calle la Rúa hasta llegar al ágora Mayor y de regreso a su sede en el templo de Santa María del Azogue por la calle los Herreros. Un rodeo a la iglesia permitía que los rayos de sol en plena plaza de Santa María se reflejasen más aún en el camerino y en la propia imagen.

La entrada triunfal de la Señora en el templo suscitó alguna que otra reacción emotiva entre el numeroso público mientras los vivas volvían a sonar.

La celebración de la Eucaristía la presidía el obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, arropado por una nutrida presencia de presbíteros. Y aunque los muros pétreos no dejaban penetrar los rayos de sol, la luminosidad de la celebración se hacía de gala porque ayer se celebraba la fiesta de la patrona, para más señas la Virgen de la Veguilla de la ciudad de Benavente, de la villa de los condes duques.