La Concejalía de Bienestar Social proyecta la puesta en marcha de una cocina solidaria para atender la necesidad de alimentación de medio centenar de familias en situación de pobreza.

La medida, que sería una "réplica" de la que ya funciona tres días a la semana en el barrio zamorano de San José Obrero, estaría sustentada en la colaboración de voluntariado y en la implicación de empresas y superficies comerciales locales para la donación de materia prima y del menaje y los electrodomésticos necesarios.

El principal escollo de esta iniciativa pasaba por la elección de una local que reuniera las condiciones para este tipo de actividad, aunque el Ayuntamiento ha descubierto que es propietario de tres bajos en el barrio San Isidro, uno parece cumplir por su ubicación y sus características los requisitos necesarios para disponer, por ejemplo de salida de humos.

De confirmarse la viabilidad de este espacio, o de otro que cumpla los requisitos normativos exigibles, esta cocina solidaria solamente cumpliría estrictamente esta función, esto es, no incluiría comedor. Las familias necesitadas podrían acudir a recoger la comida los días asignados "preservando la identidad y garantizando que el problema no se visibiliza", según ha explicado el concejal de área Antonio Vega.

La segunda cuestión a resolver pasa por lograr reunir los voluntarios necesarios. Según Vega, entre las personas que se encuentra en situación de necesidad y con las que la Concejalía ha venido manteniendo reuniones grupales, hay personas dispuestas a colaborar como voluntarios para cocinar. "Dependiendo de la demanda y del número de voluntarios que estén dispuestos a ayudar se determinaría si la cocina funciona todos los días o, como ocurre en Zamora, tres días a la semana", aclara Vega.

La implicación de empresas locales tanto para aportar alimentos o los recursos necesarios para montar la cocina solidaria, es el tercer punto de apoyo de esta iniciativa, aunque una vez puesto en marcha la Concejalía buscará hallar una vía de colaboración con el banco de alimentos local.

Vega, que recuerda que los efectos de la crisis en Benavente han sido desvastadores en muchos casos, ha explicado también que otro de los locales del Barrio San Isidro será destinado a sede de una asociación que proyecta la creación de un ropero solidario.