Benavente fue siempre lugar de ferias, mercados y oficios y ayer decenas de personas quisieron evocar uno de los eventos feriales más importantes del calendario de esta ciudad que tenía lugar el 2 de febrero, por las Candelas, y desaparecido hace cincuenta años. La iniciativa, que se ha adelantado a lo tradicional, surge de la Asociación Cultural Las Candelas que acercó al centro de la ciudad música y bailes tradicionales, y que no dudó en ataviarse con indumentaria típica. La lluvia deslució las actividades previstas que celebraron bajo los soportales de la Plaza Mayor. Los más atrevidos no dudaron en echar un baile al son de los ritmos tradicionales con chubasqueros o paraguas en mano.

Desde las once y media de la mañana fueron llegando a la Plaza Mayor grupos de mujeres y familias que no han querido perderse esta cita. La mayoría con trajes típicos, con rodados, faldas bordadas, y también se veían las capas castellanas que en esta ocasión vinieron muy bien para no pasar frío.

A la degustación de pastas y aguardiente, con las canciones de la música tradicional de la mano del grupo zamorano La Macera, le siguió el pregón de la mano del presidente de la Asociación Cultural, Ángel María Trilla que fue describiendo las ferias y mercados de antaño y haciendo referencia a las calles que llevan hoy en día nombres de los oficios locales. Recordó de las Candelas que era antaño "una de las ferias ganaderas más importantes de la meseta y el noroeste peninsular con duración de tres días" y señaló que "su lugar de celebración era la avenida El Ferial, desde la Soledad hasta el final de las tapias del antiguo convento de San Bernardo. Eran días de bullicio donde entraban a la ciudad las yuntas de vacas y de bueyes, las mulas y burros, los rebaños de ovejas y cabras, desde el puente de Castrogonzalo, los Cuestos de la Mota o la antigua Cañada de la Vizana. Se oía el tintineo de los cencerros y esquilas de las manadas de animales que entraban a la ciudad".

"Benavente era feria y mercado y también hermandad de sus gentes y comarcanos que con un simple apretón de manos formalizaban los tratos de las ventas de ganado. Las pulperas sanabresas y gallegas ofrecían su rico pulpo", añadió durante su discurso.

La celebración continuó con un recorrido hasta la iglesia de Santa María para celebrar una misa y tras la eucaristía continuó la música y bailes por el centro hasta la Plaza de Mayor donde el Grupo de Paloteo del instituto Los Sauces desafió la lluvia y salió de los soportales para bailar, mientras otros guardaban cola para la degustación del típico pulpo en cazuela de barro. La animación continuó por la tarde con más música tradicional.