El Ayuntamiento de Santa Croya de Tera ejecuta los trabajos de acondicionamiento general del edificio de la extinta escuela de capataces agrícolas.

La medida viene a raíz del acuerdo llegado con Hacienda para que el municipio se librase de una reclamación que según los técnicos de la Dirección General de Patrimonio del Estado cifraron en 133.297 euros por lo que consideraron deterioros en el inmueble durante los cuatro años que éste estuvo en manos del Consistorio en régimen de cesión.

No obstante, ante las reclamaciones del Consistorio la evaluación técnica concluyó que "la valoración inicial incluye obras que no corresponden a los daños causados por la falta de mantenimiento, sino a fallos de la solución constructiva del edificio".

El gobierno municipal adujo siempre en su defensa el largo periodo de un edificio que desde el año 1991 dejó su actividad como tal, aislado y a expensas de actos vandálicos, durante ese periodo de 25 años desde que desapareciera la escuela de capataces.

Con el acuerdo alcanzado entre ambas administraciones, la delegación provincial de Hacienda y el Ayuntamiento, el gobierno municipal asumió las tareas de la limpieza del interior del inmueble, la reposición de tejas en la cubierta y cerrar huecos para evitar un mayor deterioro.

De este modo, por parte del Consistorio de Santa Croya de Tera se acomete la reposición de medio millar de tejas que se encontraban en un estado deteriorado, así como la limpieza de los canalones de desagüe de las cubiertas, la reposición de los numerosos cristales rotos, del mismo modo que intervenir en la limpieza del interior del edificio.

Unas tareas estas últimas por las que se ha comenzado y que han supuesto la retirada de una voluminosa cantidad de excrementos de palomas que han encontrado este inmueble como acogedor dormidero.

Desde este momento, Santa Croya se libera de un gravoso peso como el que suponía el pago a Hacienda de esa cantidad de 133.000 euros.

El edificio sigue en manos de Patrimonio del Estado, pero el deterioro se augura constante y más aún teniendo en cuenta los defectos constructivos que ya se aprecian y que han sido corroborados en los informes técnicos.

El tiempo inevitablemente provocará una mella aún mayor en este edificio construido hace ahora 48 años.