El senegalés Dia Mamadou abandonó Senegal en 2006 en una patera y recorrió 3.052 kilómetros a la deriva hasta llegar a España buscando el sueño de un futuro mejor. De esto hace 10 años. En este tiempo ha escrito dos libros y se ha forjado una fuerte convicción: lo importante es "atreverse a aprender" y a "romper la barrera del miedo". "Cuando vivía en Senegal yo no veía un futuro mejor. Hice la maleta y me fui. Seguía teniendo el mismo sueño aquí pero veía que tampoco era posible. Pero pude formarme, pude aprender más, pude tener los medios que necesitaba para realizar este sueño y vi que me estaba esperando en casa. Efectivamente de hecho es una paradoja. Se trata de mi mensaje de ahora junto al libro que estoy escribiendo que empezó con mi primer libro, que es 3.052 kilómetros persiguiendo un sueño, saliendo de un país hacia otro país. Después de unos cuantos años aquí pensé que donde brilla el sol (Senegal) me esperaban carcajadas".

Mamadou cree firmemente, pese a la paradoja , en la necesidad de romper con el "pesimismo y la realidad negativa que nos rodea". "Una persona que se atreve a dar el paso y romper esa barrera de miedo ve que una vez rota no había nada, que eran nuestras propias fronteras, y que se encuentran resultados y la gente anda libremente", explica.

El joven senegalés, viendo "el pesimismo de los autóctonos" sigue creyendo en su sueño pero con otra óptica. "Después de haber vivido en España y de regresar a Senegal mi planteamiento es diferente. Ya no eres el típico pesimista que dice, aquí no es posible y me tengo que ir. No, sí que es posible y voy a intentar participar en la mejora aportando mi granito de arena para el edificio de sociedad que yo quiero hacer", agregó.

Mamadou no tiene ninguna duda de que ningún inmigrante quiere abandonar su país. "No hay ningún sitio mejor que tu propio país" afirma, y explica: "hay dos tipos de realidad de inmigración. Esta el senegalés como Mamadou que salió de su país que no tenía guerra ni hambre a buscar un futuro mejor, y el sirio que está condenado a emigrar porque en su país no hay nada, solo bombas y miseria". Sin embargo, mientras haya peligro de muerte y miseria en una parte del mundo y en la otra prosperidad, habrá emigración. "Si la gente sale es porque está mal y debería revisarse bastante la política de derechos humanos y las políticas para que haya una sociedad mucho más solidaria y la paz que todos soñamos se pueda disfrutar y convertir. Si Europa intenta ser un núcleo de bienestar y que en los continentes se vive mal o con peligro la gente saldrá, da igual que haya vallas de 32 metros o bombas en el Atlántico, la gente seguirá saliendo", pronostica.