Casi de película, pero sin especialistas y, afortunadamente con final feliz. El benaventano José Fidalgo, policía nacional, salvó la vida a una muchacha de 17 años que estuvo a punto de caer de un quinto piso en Palma, donde está destinado. No es la primera vez que el agente se ve involucrado en un caso de vida o muerte. El benaventano que lleva casi seis años en la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana mallorquina, en los indicativos Zeta,. Con su dotación atendió la llamada que acabaría con el suceso de la caída desde un quinto piso de una residencia abandonada en la ciudad que habitualmente patrulla, al lograr cogerla al vuelo, a pesar de la resistencia de la menor.

Josele, que así le conocen en Benavente, empezó su formación como Policía Nacional en la academia de Ávila, más tarde hizo en Zamora el aula práctica y las prácticas en León. Juró cargo y le destinaron para Palma de Mallorca hace ya casi seis años.

Recuerda lo ocurrido la pasada semana como uno más a los que se enfrenta, y con la satisfacción de que hizo bien su trabajo. "La gente llama al 091 por algo, pero no sabes lo que te vas a encontrar. En teoría, la llamada se produjo porque había unos chicos en una residencia abandonada, que estaban llevándose algo del interior. Acudimos, mi compañero y yo, y, efectivamente, había dos personas con carros de supermercados llenos de aluminio. Fue cuando estábamos haciendo los trámites para valorar los daños que escuchamos unos gritos de una voz femenina que nos hizo entrar en la residencia. La verdad es que no vimos nada, estuvimos preguntando a los ocupas pero la gente de esa zona no suele colaborar con la Policía". El caso es que al requerimiento de una señora mayor de que probablemente allí estaba su hija, no sabía si en contra de su voluntad o porque quería, volvieron a internarse en la residencia para ver si encontraban a la menor. "Avancé y cuando llegué a la habitación en la que estaba, no dio tiempo de nada, se tiró directamente al vacío y yo me fui detrás de ella. Se quedó enganchada en mis dos manos. Pensé que la iba a romper algo. Mis compañeros desde abajo me gritaban porque la veían balancearse de lado a lado. Fue espectacular. Momentos de mucha tensión, pero te acostumbras a enfrentarte a estas cosas. Lo importante es que la niña está a salvo y la madre quedó tranquila", señaló.

Este benaventano de 34 años acaba de recibir la "Medalla al Mérito Policial" con distintivo blanco por otra intervención en 2015. "En esa ocasión había una señora en una cornisa de un tejado y se mecía para tirarse, estaba como tomando la decisión. La enganché y vi que tenía un cuchillo jamonero en el cuello", recordó. Y también en el 2014, él y su compañero, su "ángel de la guarda", se enfrentaron a dos toxicómanos que estaban intentando matar a un indigente.

Para Josele "lo más importante es la educación y donde te has criado. Estoy orgulloso de haberme criado en un barrio obrero, donde ves todos los días la problemática del paro, gente humilde y el buen hacer. Te gusta tratar a la gente como te gustaría que te tratara". Asegura que "la mejor intervención es cuando te vas a casa con el trabajo bien hecho".