No es solo una actividad para el esparcimiento diario, el huerto escolar que se ha habilitado en el Centro de Educación Infantil Alfonso IX de Benavente ya ha dado sus frutos y supone, además, para los alumnos un recurso con el que adquirir múltiples experiencias acerca de su entorno natural, con la observación directa del crecimiento de frutas y verduras, y la concienciación ambiental a través del cuidado y el respeto del medio ambiente.

La idea de crear un huerto escolar surgió al contar con un espacio inutilizado dentro de las propias instalaciones del centro que reunía todos los requisitos para el desarrollo de iniciativa que se puso en marcha el pasado verano.

La dirección del centro propuso a la Concejalía de Educación el proyecto y desde el área municipal el edil Antonio Vega apostó por la iniciativa que se concretó en la creación de un semillero gigante, dividido en cuatro zonas delimitadas para plantar las diferentes semillas.

El proyecto está pensado para alumnos de las aulas de dos y tres años de edad que diariamente salen a este espacio de esparcimiento. "Unos días simplemente para la observación directa, otros utilizan sus regaderas para empapar la tierra y, cada vez que hay frutas y verduras, son los encargados de su recolecta", explica la directora. Los niños además de la concienciación ambiental, que está entre los objetivos de la iniciativa, aprenden a reconocer y nombrar las plantas del huerto que se utilizan después en la cocina del centro.

Lechugas, tomates, cebollas, calabacines, berza, pimientos de padrón y fresas son algunos de los frutos que se han plantado. Ahora los tomates y las fresas son los mayores atractivos de los pequeños, que regadera en mano no dudan en afanarse en el cuidado de estas plantas.

Conocimientos

La actividad ayuda también a afianzar conocimientos sobre aspectos relacionados con el tamaño, con las texturas y también con los colores. Así saben que los tomates rojos son los que hay que recoger, no los verdes. Además, aprenden normas básicas de cuidado e higiene y a pesar de que la primera intención es llevarse a la boca las fresas que recolectan, saben que primero hay que lavarlas; como también hay que lavarse las manos tras estar en este huerto.

La iniciativa promovida desde el propio centro en colaboración con el Ayuntamiento tiene previsto seguir creciendo y la intención es realizar un invernadero con el fin de que pueda utilizarse durante todo el año, no sólo en la época estival. En el verano, aprovechando la visita de algunos abuelos de los alumnos, se realizó una actividad intergeneracional en la que los mayores dieron algunos consejos del cuidado del huerto.

"Se ha colocado tabla en el suelo, en la zona perimetral en torno a la jardinera central para facilitar el acceso seguro de los niños. Aunque queda pendiente la instalación de rastreles y colocar nuevamente las tablas para que el espacio quede perfectamente horizontal y sin riesgo para el tránsito de los niños", según explicó el concejal del área, Antonio Vega.