La constructora que ha apuntalado la fachada del número 1 de la Plaza del Grano, el inmueble contiguo a la Casa Consistorial, se vio obligada ayer a intervenir para reforzar el alero y la cornisa ante el riesgo de desplome durante las obras de demolición del resto del inmueble.

Aunque inicialmente el derrumbe estaba programado y se pensaba que el apuntalamiento realizado era suficiente, tuvo que aplazarse. La posibilidad de que la parte más alta de la fachada se viniera abajo una vez que las máquina iniciaran la demolición fue ganando peso a medida que avanzaba el día y obligó a llevar a cabo una nueva revisión y a reforzar el alero. La actuación, prevista por la tarde para evitar llevar a cabo los trabajos con personal trabajando en el edificio consistorial por razones de seguridad, se aplazó a hoy.

El derribo de los otros dos edificios, los números 2 y 4 de la calle La Encomienda, se llevaron a cabo sin mayores problemas aunque durante el derribo de parte de la estructura del segundo edificio la Casa Consistorial experimento un notable temblor. Las tareas de desescombro facilitaron también la apertura parcial de la calle al tráfico vial y peatonal, que se mantuvo durante toda la jornada.

Así las cosas, con el alero y la cornisa de la fachada que Patrimonio ha ordenando mantener reforzados, las máquinas comenzarán la última parte de la demolición esta mañana. Actuarán por plantas, de arriba a abajo para evitar afectar en la menor medida posible a la fachada.

Al igual que ayer, por razones de seguridad, una parte de los empleados municipales que ocupan dependencias próximas a la pared medianera del edificio en demolición, se trasladará al interior del edificio municipal o a despachos de la Casa Consistorial de la Plaza del Grano, según informaron fuentes municipales.