La provincia de Zamora, y especialmente la comarca benaventana, será la primera en contar con guías de respuesta rápida en caso de inundaciones. La Agencia de Protección Civil está elaborando estás guías para que las localidades que se ven afectadas por episodios de crecidas de ríos como las padecidas este invierno en numerosas localidades de los Valles y en Benavente, puedan tomar decisiones de manera previa a la llegada de la inundación, disminuyendo las consecuencias de la misma.

Según la previsión de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, que ayer hizo pública esta iniciativa, a finales de diciembre estarán listas las primeras guías para las zonas más afectadas, comenzando por la provincia de Zamora, de la que la comarca de Benavente es históricamente la más afectada debido a la confluencia de varios ríos regulados y sin regulación.

Ésta medida se ha tomado tras varias reuniones de trabajo de técnicos de la Consejería con la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), después de que este invierno se registraran incidentes en diferentes zonas de la Comunidad, según ha informado la Administración regional.

Ayer, el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, explicó en una comparecencia para dar a conocer las actuaciones del servicio de emergencias 112, que se pretende "maximizar" la coordinación entre la Junta y la Confederación Hidrográfica del Duero, con un mayor trasvase de información, con el objetivo de "mejorar" la respuesta que dan las instituciones a los ciudades y después de que algunas poblaciones padeciera episodios de inundaciones por el desbordamiento de ríos, tras registrarse unas precipitaciones elevadas.

Al respecto, el consejero aseguró que los incidentes gestionados por el Servicio de Emergencias 112 de Castilla y León, relacionados con las intensas precipitaciones y el deshielo, se incrementaron en el primer semestre, respecto al mismo periodo de 2015, con una subida del 129 % al pasar de 44 a 101. Por el contrario, la "suavidad" del invierno hizo que descendieran los vinculados los problemas circulatorios (demanda de quitanieves o sal), que se situaron en los 267, frente a los más de 1.000 contabilizados en 2015.