La nueva ornamentación que luce desde el martes la rotonda que da acceso al casco urbano por la avenida Federico Silva no se ha concluido. Seis concejales del Equipo de Gobierno se daban cita ayer en las proximidades de la rotonda para presentar el trabajo artístico realizado por la empresa local Hermanos González Marrón y para anunciar próximas actuaciones en la zona. Actuaciones que no tendrán que esperar y que podrán ponerse en marcha la próxima semana haciéndolo coincidir con el inicio de las obras de otra rotonda, la prevista en el acceso al Centro de Transportes desde la A-6, a unos escasos metros de ésta.

"Es la actuación inicial y la primera prevista en esta rotonda", explicó el alcalde, Luciano Huerga. Entre los trabajos pendientes en la zona, el concejal Manuel Burón enumeró la instalación de adoquín en la media luna frontal al letrero, unos puntos de luz para un mejor visionado nocturno, plantación de seto tras el letrero realizado en forja en el que se puede leer "Benavente" y adecentar el bordillo de la rotonda, así como el asfaltado de la zona.

"Viene a ser una de las primeras piedras en el adecentamiento y la mejora de las distintas entradas a Benavente. Y se irán haciendo otras actuaciones, en la medida de lo posible, en otras rotondas propias de la ciudad con fondos propio. Pretendemos mejorar el acceso de Benavente para atraer a la gente cuando pasa por las inmediaciones", añadió Huerga.

En este sentido, Burón señaló que la nueva ornamentación "es un acicate más para reafirmar la identidad de la ciudad, un motivo más emblemático y situar a cuantos nos visitan en Benavente".

Nueve meses ha llevado la instalación de este letrero que pretendía instalarse en la rotonda confluencia antigua Nacional 6 y la 525, pero Fomento lo desestimó. Al encontrarse afectada la rotonda por la Ruta Vía de la Plata ha necesitado también tener el visto bueno de Patrimonio.

El letrero, valorado en 6.195 euros, está realizado en letras forjadas a la fragua con medidas de 1,10 metros de altura, 90 milímetros de anchura y 15 milímetros de grosor; sobre una llanta de 80x100 con patillas en zanja de hormigón y pintura de forja de color rojo óxido.

"Queríamos darle algo distinto, darle un poco de movimiento, que es lo que necesitamos en Benavente", señaló uno de los artistas, Raúl González. El trabajo, que ha llevado al menos cien horas, no es el primero que hacen en la ciudad y esperan que no sea el último.