Sentido crítico y rigor a la hora de pensar. Esto es lo que trata de inculcar la actividad de los Miércoles Filosóficos puestos ayer en marcha en Benavente y en la que, en su primera sesión, ha contado con una quincena de niños de entre seis y siete años. La iniciativa, dirigida por el profesor de Filosofía Pello Biain, cuenta con una dinámica muy participativa, aunque a algunos les cueste algo más que a otros.

La actividad comenzó con un cuento en el que el argumento estaba relacionado con el enfado y la ira, la precipitación, no pensar antes de actuar. "Un príncipe que mata a su perro pensando que ha matado a su hijo pero no es así", resume el profesor de Filosofía. Tras el cuento, Biain comenzó a plantear preguntas a los niños con el fin de establecer un diálogo y con ello desarrollar tres competencias.

Una de ellas es la de argumentar, qué sean capaces de dar razones de por qué piensan lo que piensan; otra es conceptualizar, poner nombres y utilizar conceptos para denominar comportamientos o formas de actuar; e indagar, profundizar o analizar las ideas o las cosas que dicen.

Martina, Irene, Lucía, Alexia o Andrea son solo algunas de las niñas que participaron ayer y fueron respondiendo a qué les ocurre cuando están enfadadas. "Se me estropea el cuerpo", "se me quita la energía, me siento mal", "me pongo nerviosa" fueron algunas de sus respuestas.

El profesor asegura que los niños tienen una parte previsible, pero otra imprevisible. "Tienes que adaptarte a sus respuestas. Hay algunas muy racionales, y muy pertinentes y niños muy inteligentes. Hay niños que hablan mucho pero no saben resumir lo que dicen. Otros no se atreven a hablar y hay que trabajar vencer el miedo a hablar en público".

El próximo miércoles habrá una sesión para niños de ocho y nueve años que aprenderán a escuchar "que también cuesta mucho".