La torpeza, o no sé si maleficencia superlativa del equipo de Gobierno municipal al abordar, apelando a las emociones o argumentum ad passiones, la cesión de dos cabezas de toro disecadas a la Asociación de Familiares y Enfermos de Alzhéimer de Benavente y Comarca, es preocupante y una falacia que merece una reflexión seria por parte de la sociedad benaventana.

El argumento "de peso", esgrimido por el equipo de Gobierno municipal para justificar su acción es que con la construcción del Centro de Día la Asociación "desarrollará una importante labor pública y social que irá en beneficio de todos los ciudadanos". Esto es una obviedad que todos los benaventanos compartimos y conocemos y no por ello podemos justificar que se produzcan arbitrariedades en la concesión de ayudas públicas. Esta cesión, que ha tenido un coste inicial pagado con dinero de todos los benaventanos, es en realidad una subvención encubierta a la que otras asociaciones, con idénticos fines sociales, o familias en situaciones marginales no han podido optar en igualdad de condiciones con criterios objetivos y transparentes.

La venta o el desprendimiento de porciones del patrimonio municipal por parte de los gobernantes, suelo, edificios o bienes de distinta índole con el fin de obtener compensaciones económicas inmediatas, en muchos casos, es consecuencia de la mala gestión municipal. En nuestro caso, la cesión de las dos cabezas de toro pone el énfasis en la incapacidad de gestionar un patrimonio sentimental y que así lo reconoce el propio alcalde "ya que para las mismas no se dispone en la actualidad de una finalidad definida y de un emplazamiento adecuado y a la altura del valor cultural y sentimental que dichas cabezas de toro pueden tener y suscitar en buena parte de la población".

Es triste, lamentable e indignante que el equipo de Gobierno municipal juegue con los sentimientos de los benaventanos y apele a la solidaridad para encubrir las carencias que está demostrando después de un año de gobierno municipal. No sabe qué hacer con el Centro de Interpretación de los Ríos, pues lo cierra; no sabe qué hacer con el Mercado de Ganados, lo cierra también; no sabe qué hacer con las cabezas de toro, pues se desprende de ellas; no sabe cómo gestionar el cobro de los morosos con los empleados públicos que tiene o creando empleo público a través de la bolsa de trabajo, pues se privatiza la gestión, lo que nos lleva a la conclusión que "para este viaje no es menester alforjas".

Y la oposición, ¿dónde está?, ¿qué dice a todo esto?, ¿cómo es posible que el anterior alcalde, del PP, reconozca, ahora, que llegó a un "compromiso verbal" con la Asociación de Familiares y Enfermos de Alzhéimer para conseguir fondos con el objeto de construir el Centro de Día? ¿En qué república bananera han convertido nuestra ciudad que los compromisos para obtener recursos públicos, por muy loables que sean los fines a los que se destinen, se hacen de forma verbal y sin criterios objetivos para su adjudicación? No es de recibo que a estas alturas de la democracia siga funcionando el amiguismo y el paternalismo incontrolado por parte de los servidores públicos. Por todo ello, es necesario y urgente que se regule la concesión de subvenciones de una forma definitiva para que la transparencia a la que todos los partidos políticos aludieron hace un año, en la campaña electoral, sea una realidad.

Se acabó la Semana Grande y es la hora de hacer balance serio de los hechos que han rodeado la fiesta más importante de nuestra ciudad y comarca y que nuestros gobernantes han politizado de una forma desmedida y torpe. A la consabida polémica sobre la cesión de las cabezas de toro se une que las concejalías de Ferias y Seguridad Ciudadana han permitido instalar sin licencia, en suelo municipal, atracciones de feria que no acreditaban el cumplimiento de la normativa de seguridad y los seguros reglamentarios, no pagaban las tasas correspondientes y que después de instaladas y posiblemente comprometiendo la seguridad de los que las han utilizado, han tenido que retirar.

Soy benaventano, amante de los toros y del enmaromado, al igual que muchos ciudadanos y asociaciones taurinas que existen en la ciudad, pero también defensor a ultranza de las tradiciones y me parece otra torpeza que el equipo de Gobierno, en aras de favorecer a la hostelería y turismo de la ciudad, rompa la tradición con otro enmaromado más. Su falta de iniciativas concretas para potenciar la hostelería y el turismo a lo largo del año la suple, otra vez, mezclando una acción necesaria y loable, como es la potenciación del sector, con el sentimiento y la tradición. Esto es otro error grave que puede tener consecuencias negativas para que la Fiesta del Toro Enmaromado sea declarada de Interés Turístico Nacional.