La localidad de Villaferrueña y el río Eria han ido siempre de la mano. La historia de esta población y la del cauce se llegan a confundir desde que los primeros pobladores se asentaron en la ribera a las faldas de la Sierra de Carpurias. El agua del Eria nutría los cultivos y llegaba a sustentar a haciendas y vecinos quienes se han asomado a sus aguas llegando en las últimas décadas a llorar su sequía en la época estival y aplaudir su bravura en la invernal a pesar de los graves inconvenientes provocados, en no pocas ocasiones, por los desbordamientos.

Así ha sido siempre y ahora se pretende convertir esa mirada al cauce como un incentivo turístico. Para ello, el Ayuntamiento viene acondicionando la coronación del muro de defensa de la margen izquierda, o el malecón construido desde la fragua, junto al caño del molino, ese edificio de fabricación de herramientas y utensilios del mineral que da nombre al pueblo y que un día fue derribado y Urbanismo obligó al Consistorio a su reconstrucción debido a gozar de protección en las Normas del Planeamiento.

Primero fue la reconstrucción de la fragua a cuyo recinto se le quiere dotar de un contenido didáctico, una vez se finalicen las obras, y posteriormente ha sido la construcción de un paseo ribereño.

Es ahora y gracias a los dos operarios sacados del paro cuando se pretende acondicionar la zona ribereña completando el plan iniciado el pasado año. Al paseo ribereno en la margen izquierda se le van a instalar farolas de alumbrado público. Los operarios serán quienes realicen los trabajos previos de construcción de zapatas y asentamientos para las columnas de luz. Al igual se procede a retirar la maleza del caño del molino desde las antiguas factorías de luz, de pienso y de harina hasta la salida del pueblo, en las inmediaciones de la báscula, en el camino de Coomonte. El Ayuntamiento aprovecha el personal contratado con los planes de empleo y con fondos propios para acometer estas actuaciones de mejora de la ribera del río Eria como recurso turístico.