Los grafiteros han encontrado en el parque de los Lirios, próximo al barrio de Honduras y a la calle Camino de Santiago, un lugar ideal para entrenar con sus sprays. El cortavientos de metracrilato que guarece los elementos de gimnasia y unos cuantos bancos y sillas públicos, está plagado de pintadas de todo tipo, fundamentalmente firmas. Peor parada ha resultado la caseta de madera que alberga los aseos de esta zona de Benavente. Los cristales del único ventanuco de la instalación han sido apedreados y están rotos. Estas dos circunstancias alteran el conjunto del parque, cuyos jardines se encuentran estos días aseados de maleza y hierbas altas.