Las zonas ribereñas del Tera y del Esla en el Valle de Valverde que se vieron afectadas considerablemente por las riadas han visto mermada la cosecha del maíz en un porcentaje entre el 20 y el 25%. No obstante este porcentaje se llega a incrementar considerablemente en zonas muy puntuales y localizadas en los terrenos de vaguada como en los términos de Burganes y Olmillos, con cifras del 50% de pérdida en las cosechas.

Con menor incidencia, se ha visto afectada la recolección en la zona de Bretocino. Eso sí, "en algunos terrenos más bajos, las pérdidas son mayores". Asi resumen los agricultores consultados sobre las incidencias en el cultivo del maíz provocadas por las pasadas anegaciones de los ríos ocurridas a mediados de enero. A ello se han venido a sumar las adversas condiciones climatológicas en las que las rachas de viento han tirado las plantas lo que se traduce en una dificultad para que la máquina cosechadora recoja bien las mazorcas de maíz.

Los daños en los cultivos que en un principio algunos agricultores clamaban por la declaración de zona catastrófica, han quedado en incidencias propias de una adversa climatología, aunque en algunos casos estos daños en cultivos se han echado la culpa a una deficiente gestión en los cauces.

Llegados a finales de febrero cuando prácticamente debía estar finalizada la recolección de la campaña del maíz, en una buena parte de los cultivos del Valle de Valverde se viene ahora cosechando debido a que los agricultores no han podido, hasta estos días, entrar en las parcelas al estar encharcados de agua los terrenos.

Una circunstancia que se traduce en el retraso de la recolección y las tareas propias de preparación de los terrenos para la nueva temporada.

Si los daños en los cultivos de maíz han sido importantes, no lo han sido menos los ocasionados por las riadas a las infraestructuras municipales. Estas son las que en algunos términos se han visto afectadas considerablemente. Tal es el caso de Burganes y Olmillos cuya playa fluvial tendrá que ver regenerada su arena, así como ejecutar obras de mejora en el bar de la playa fluvial, en el edificio de los vestuarios del campo de fútbol "que se había acondicionado recientemente", advertía ayer la alcaldesa Atilana Martínez, o las instalaciones de ocio y recreo de la zona. Aparte los daños ocasionados en infraestructuras viarias como en los caminos del

Monte y de Friera. No pocos de estas vías agropecuarias se vieron cortadas a causa de las aguas. Por su parte, el Ayuntamiento de Burganes y Olmillos remitía una memoria de daños a Subdelegación del Gobierno y Diputación cifrada en 30.000 euros.