Las carnestolendas están llenas de simbolismos donde la sátira entraña deseos ocultos que se confunden con el mito. Y en Fuentes de Ropel se retomaba en la tarde del martes de carnaval, la antigua tradición de mantear "el Pelele", a un espantajo antropomórfico. Un ritual callejero organizado en la localidad hasta hace medio siglo aunque con origen incierto pero con referencias romanas y del que escribió Cervantes o llegó a inmortalizar Goya.

Un grupo de vecinos de Fuentes de Ropel, a través de los concejales Aurora Ferrero y Zótico Rodríguez, del Área de Cultura del Ayuntamiento, se han encargado de recuperar la tradición hablando con los vecinos mayores para lograr las letras de unas coplillas dedicadas al muñeco, al "Pelele".

Porque de eso se trata, de cantarle coplillas enlazadas y llenas de sátira, muchas de ellas afeando las características sexuales del mítico personaje. Otras letras se refieren a contenidos más mundanos y propios de la época.

Las mozas eran las que se encargaban por Carnaval de fabricar el "Pelele" y eran los mozos los que hacían uno más grande "el Pelelón", quien iniciaba una persecución por calles y plazas dejando tras de si un atronador sonido de los cencerros y algún que otro escobazo. Unas, las féminas, y otros, los mozos, recorrían entre juegos las calles lanzándoles improperios y entonando las coplillas a la vez del manteo en las plazas.

A la voz de "Arriba con él", al igual que hacían las mozas por Carnaval en la época del afrancesado Madrid, en Fuentes de Ropel se lanzó el muñeco al aire, se manteó el Pelele entonando coplas de este tenor: "el pobre pelele no tiene camisa, se la quitaron el día de santa Rita", o "el padre del pelele es el tío pelelón, que gasta venceras y un gran escobón" o también "el tio pelelón está cabreado, porque a su hijo hemos manteado".

Todas las coplillas finalizaban con temas alusivos a la Justicia y a la Inquisición, "al pobre pelele le han condenado a la hoguera, por la Inquisición". Asi nos han referido algunas coplillas, vecinas mayores de Fuentes de Ropel.

Pero en esta ocasión y como novedad "para recuperar una tradición perdida", como apunta el concejal Zótico Rodríguez Lorenzo, el Pelele lograba el indulto del pueblo. Una votación entre niños y mayores en la plaza permitía mantener hasta el próximo año el muñeco en lugar de ser arrastrado hasta la hoguera. Para ser pasto de las llamas y hacer desaparecer todos los improperios e injurios lanzados. No en vano Fuentes de Ropel está muy relacionado con las hogueras no sólo en la noche de San Juan, sino también en la Semana Santa, con motivo del Encuentro de la Virgen con el Nazareno.

Si hasta hace medio siglo, todos juntos mozos y mozas quemaban los peleles, en este 2016 y "para que quede como una referencia", en palabras de Zótico Rodríguez, el Pelele se recogía en una casa, hasta el martes de Carnaval del 2017 en el que está prevista la aparición de más muñecos de este tenor.