La "carantoña" regresaba a las calles de Santa Croya de Tera por Carnaval. Y la culpa de todo ello se debe a un grupo de jóvenes amaestrados por vecinos mayores con el fin de no dejar perder esta antigua tradición con orígenes inciertos cuyos personajes perduran en tierras extremeñas y gallegas e, incluso, zamoranas de la comarca del Vino.

Hasta hace tres décadas salía "la carantoña" a las calles de Santa Croya, y a las cinco de la tarde todos los martes de Carnaval. En esta ocasión salía con más bríos el armazón de madera con careta despectiva, fea, de ahí el nombre de "carantoña" o "carantona", con una cornamenta como si se tratase de un bravío astado. La cuadrilla con el diestro y la cornamenta se afanan en perseguir las mozas por el pueblo en unas carreras que llegan hasta las propias casas de las féminas al buscar estas refugio. Pero solo le está permitido al torero tocar a la moza. Así se desenvuelve un juego juvenil con connotaciones muchas veces libidinosas propias de las jornadas de carnestolendas.

El grupo de jóvenes de Santa Croya de Tera lograba recrear la tradición perdida hace tres décadas con la complacencia de sus convecinos, de los mayores y de los más pequeños ansiosos estos de alcanzar la mocedad para acompañar a "la carantoña".