Un aguacero tan anunciado como pertinaz ha arruinado el desfile central de las fiestas de carnaval. Media hora antes de las ocho de la noche la lluvia ha hecho acto de presencia y ha colocado a la Concejalía de Festejos entre el dilema de suspender el desfile o darle continuidad. Al final el desfile ha tenido lugar, pero completamente diezmado. Apenas 200 personas han desafiado a la fuerte tromba de agua y han hecho el recorrido calándose.

La Sala Lagares, que tenía que recibir al público disfrazado, se ha abierto de forma inmediata para acoger a la gente. El local tiene que acoger, al menos en principio, el sorteo de premios, pero podría finalmente aplazarse a mañana debido a la merma de público inscrito. Aún así, la fiesta continúa en esta instalación municipal.