La Junta de Castilla y León y la Subdelegación del Gobierno se responsabilizaron ayer mutuamente de la falta de información a los alcaldes sobre los desembalses de agua, especialmente desde la presa de Nuestra Señora de Agavanzal. La laminación de la avenida en el Tera cogió por sorpresa a todos los municipios aguas abajo y desató las críticas de los regidores.

Ayer, el delegado territorial de la Junta explicó que la Confederación Hidrográfica del Duero les informó de los desembalses cuando ya se había producido, "cuando la comunicación debería ser previa". "Es verdad que los alcaldes tienen toda la razón de que no se les avisó, no porque no quisiéramos, sino porque no teníamos la información de las crecidas que podían darse". El delegado territorial explicó que Agavanzal pasó de soltar 200 a 400 metros cúbicos por segundo "en un tiempo récord" y "sin pasos intermedios que se podían haber hecho". Por este motivo, los técnicos están estudiando y analizando lo ocurrido "para que la Dirección General de Protección Civil se lo traslade a la Confederación".

El Subdelegado del Gobierno, Jerónimo García Bermejo, explicó que las "competencias y la coordinación de las actuaciones" le corresponden a la Junta desde el año 2000. No obstante, aseguró que se colaboró facilitando información a través de la CHD y de la Guardia Civil a las entidades locales. Según García Bermejo la Confederación informó a los municipios afectados y la Subdelegación "no dejó de atender la llamada de ningún alcalde", aunque "la centralización de todas las acciones de información y de aspectos preventivos están centralizadas en INUCYL", esto es, en la Junta de Castilla y León.

Al margen de la controversia por los desembalses y por la falta de limpieza de los cauces, la situación de los ríos en la comarca mejoró ayer notablemente. Salvo el Esla, que en Bretó marcó todavía niveles de caudal superiores a las referencias de alarma, casi todos los ríos y arroyos volvían paulatinamente a sus cauces.

El paisaje después de las crecidas comenzará en los próximos días a dejar ver los daños y los problemas causados por estas inundaciones. Ayer en Benavente, la crecida del Órbigo y el desbordamiento de la Ría de Don Felipe causó problemas en las obras del colector de las harineras por filtraciones de agua, y el Ayuntamiento estudia instalar compuertas en los aliviaderos del Prado de las Pavas para evitar el retorno de las avenidas, según informó el alcalde Luciano Huerga.

En la comarca, los municipios ribereños del Esla tenían aún la crecida a las puertas de los cascos urbanos, como es el caso de Santa Colomba de las Monjas y Arcos. Para hoy jueves, la Agencia Estatal de Meteorología prevé lluvias hasta mediodía y tiempo seco durante el fin de semana.