Los ríos, arroyos y regatos de la comarca toman el poder dejando tras su paso inundaciones de vegas y riberas, áreas de ocio y recreativas, asi como se acercan a zonas hosteleras ribereñas e incluso causan estragos en cultivos y en infraestructuras viarias agrícolas y llegan anegar tramos de carreteras sin tener que lamentar daños personales.

Tanto agentes de la Guardia Civil como voluntarios de Protección Civil se mantienen en alerta para evitar riesgos. La propia presidenta de la Diputación, Mayte Martín, realizaba en la mañana de ayer una gira por los valles del Tera y de Vidriales para conocer de primera mano las consecuencias de las anegaciones de los cauces tanto del Tera como del Almucera.

De extremo a extremo de la comarca, el desbordamiento de los cauces dejan estampas singulares como la ocasionada en Sitrama de Tera donde las aguas de la manga del río han llegado a inundar la calle Real por donde discurre el camino Jacobeo. Un hecho del que hay que remontarse a cuatro décadas. El desbordamiento del Tera tras las incensantes precipitaciones y las sueltas de la presa del Agavanzal, han anegado la mayor parte de ribera llenando de agua huertos y maizales pendientes de su cosecha. El Regato a su paso por Camarzana ha provocado el desvío de la carretera entre esta localidad y la de Cabañas. Aguas arriba, en San Pedro de Ceque se provocaban balsas en la calzada que une con Brime de Sog y más aún entre Uña de Quintana y Cubo de Benavente.

El río Eria también se ha dejado notar inundando la vega de Arrabalde, en parte debido a la falta de limpieza del requiebro del cauce entre este término y el de Alcubilla de Nogales.

El desbroce de maleza en dos "puntos negros" como son los de "la Felecha" y "Raposeras" viene siendo insistentemente reclamada por el alcalde de Arrabalde ante la Confederación haciendo caso omiso, como ayer denunciaba el regidor denunciando los perjuicios en cultivos y en infraestructuras viarias e, incluso, en el pozo del abastecimiento.

El Órbigo también viene anegando las zonas ribereñas y de ocio como en Manganeses.

El desbordamiento del Castrón provocó que la Junta cortase la carretera ZA-100 entre los puntos kilométricos 11,800 a 12,250 y 16,200 a 16,800. Otro tanto hacía la Guardia Civil en la carretera desde la N-525 a Micereces, entre el puente Chico y el puente Micereces.