El procedimiento de control iniciado en la perrera municipal para verificar el cumplimiento de la legalidad ha concluido, tal y como informó ayer la Concejalía de Medio Ambiente, desde donde recuerdan que el proceso fue abierto en enero de 2013, es decir, hace casi tres años.

Este procedimiento se inició con motivo de la ampliación de las instalaciones, para acoger hasta veinticuatro canes adultos.

El personal técnico ha validado a través de sus informes que "las instalaciones cumplen con la normativa higiénico-sanitaria y las condiciones higiénico-sanitarias son adecuadas".

En relación a las mediciones de ruido, "al encontrarse las lecturas realizadas por debajo de los límites de la ley (con las correcciones oportunas) se considera que las obras realizadas han alcanzado el objetivo perseguido ajustándose por tanto la actividad a los niveles exigidos en la Memoria con la que se concedió la Licencia Ambiental".

La Junta de Gobierno local ha aprobado recientemente la toma de razón de inicio de la actividad para la ampliación de las instalaciones en las que se acogen a animales abandonados. El equipo de Gobierno ha dado por concluido el procedimiento de control con el que se quería verificar "el cumplimiento de la legalidad vigente de la puesta en marcha de la actividad indicada, sin adoptar medidas que afecten a la continuidad del funcionamiento de la actividad y ordenar la inscripción de la actividad en el Registro de Actividades Municipal".

Nueva ubicación

Los servicios técnicos indicaron a Medio Ambiente que se podía tomar razón del inicio de la actividad correspondiente a la licencia ambiental para la ampliación del número de perros en diciembre de este año, haciéndose efectiva el mismo mes.

En ese mismo informe se recomienda "valorar un nuevo emplazamiento" teniendo en cuenta que "el planeamiento prevé el desarrollo residencial del entorno con mayores exigencias a nivel acústico"