Cerca de un centenar de personas participó ayer en la oración por los difuntos en el cementerio de Benavente, una pequeña ceremonia colectiva en la que participan las autoridades municipales y en la que se deposita una corona de flores en la cruz del paseo central del camposanto

Hasta ahora, junto a esta corona, se depositaba también un ramo de flores en la sepultura de Soledad González, una de las hijas predilectas locales. Este gesto con la benaventana que donó el hoy Centro Cultural que lleva su nombre se acaba de amplia. Desde ayer el Ayuntamiento ha extendido el reconocimiento colectivo e institucional a la fosa común, donde están depositados los restos de personas represaliadas durante la guerra civil. "Hemos creído que el Ayuntamiento debía recordar de esta forma a las personas que están enterradas en la fosa común", explicó el alcalde, Luciano Huerga, días atrás. Este recordatorio no ha variado sin embargo el único acto oficial, que discurrió como siempre en la cruz central del paseo pasada la una del mediodía.

El camposanto benaventano, bajo una mañana soleada y con una buena temperatura, ha acogido la visita de centenares de personas desde el viernes. Ayer, un año más, la Policía Local montó un dispositivo de control del tráfico y facilitó el estacionamiento en dos zonas diferenciadas para absorber la cada vez mayor afluencia de vehículos al cementerio benaventano.

El camposanto, con espacio suficiente para más de cien años, ampliará en los próximos meses la oferta de nichos.