La Concejalía de Hacienda estudiará una posible rebaja del Impuesto de Bienes Inmuebles a partir de 2016, aunque de llevarse a efecto su aplicación no se produciría hasta el año 2017. Esta reducción de la contribución urbana y rústica locales "es una de las medidas que queríamos poner en práctica cuanto antes pero hemos tenido que posponerla debido a la situación económica municipal", explicó ayer el alcalde, Luciano Huerga.

La intención del equipo de Gobierno pasaría por reducir en dos décimas los coeficientes municipales tanto para la IBI urbano como para el rústico. De aplicarse la rebaja que el equipo de Gobierno tiene en mente, el coeficiente aplicable a los valores catastrales urbanos sería del 0,58 y el aplicable a los valores catastrales rústicos del 0,79.

De cualquier modo esta reducción se llevaría a efecto "siempre que la situación económica municipal lo permita" en 2017. No tendrá por lo tanto cabida en los presupuestos municipales de 2016, que la Concejalía de Hacienda someterá a la aprobación del Pleno durante el mes de diciembre.

El próximo año sí entrará en vigor una modificación en la forma de pagar el impuesto. Los recibos domiciliados se abonarán en dos cargos del 50%, uno en mayo y otro en el mes de octubre. El pago voluntario no domiciliado se producirá en el mes de noviembre. Este asunto se debatió el jueves en el Pleno, en el que el equipo de Gobierno acusó a sus antecesores de haber subido el IBI en aplicación de la Ley de Reforma de la Administración Local pero declinó reducirlo aplicando los coeficientes anteriores a la subida cuando la exigencia legal dejó de tener efecto.