La cuenta bancaria abierta por miembros de la comisión de fiestas en Caja Rural "nunca ingresó dinero público". Solo se utilizaba para que las charangas que querían participar en los encuentros de las fiestas de la Veguilla transfirieran los 15 euros por músico que les costaba participar y competir por ser la charanga que ese año podía contratar el Ayuntamiento para la semana del Toro Enmaromado. El dinero se sacaba días después para pagar parte del alojamiento de los músicos.

La diferencia del precio del alojamiento se costeaba con los ingresos por publicidad en bares y hoteles, y el dinero que sobraba se empleaba en adquirir tres obsequios (una caja de pastas, una caja de vino y un jamón) para cada charanga el día que eran despedidas. El Ayuntamiento solo sufragaba con facturas y con dinero público una cena y una comida contratando el servicio a un restaurante de la ciudad que se servía invariablemente en la Peña Popeye. Dos personas penadas con el cumplimiento de servicios a la comunidad sirvieron siempre a los músicos, según han detallado.

La Opinión-El Correo de Zamora ha hablado con tres de los cuatro cotitulares de las cuentas abiertas y cerradas desde 2012 y que el Ayuntamiento ha pedido al fiscal que sean investigadas. Los tres negaron relación alguna con el manejo de dinero público o que la cuenta tuviera relación alguna con los programas del Toro.

En 2012, dos miembros de la Comisión de Fiestas, emulando el encuentro de charangas que ya existía en Peñafiel propusieron organizar una cita similar en Benavente "para dar realce a la Veguilla". Sin embargo, su iniciativa no resultó como esperaban. "La hostelería no colaboró como pensábamos como sí ocurría en Peñafiel y tuvimos que pedirles a las charangas que pusieran dinero para participar en el encuentro. Por eso se abrió la cuenta, para hacerles más cómodo el pago".

La idea, siempre según su versión, era que las charangas hicieran la transferencia a esa cuenta y una vez completados todos los pagos y finalizado el encuentro (un fin de semana) sacar el dinero y pagar a los cuatro hoteles que han colaborado durante estos años.

En 2012 y 2013 las cuentas se abrieron y cerraron en una semana. La abierta en 2014 no se cerró hasta hace un mes porque uno del los cotitulares, como reconoció él mismo, "no encontraba el momento". Siempre había dos cotitulares, uno de ellos menor de 25 años, razón por la que la entidad financiera "no nos cobraba gastos o comisión". En estos cuatro años solo un miembro de la comisión, que ha puesto a disposición del Ayuntamiento y de este periódico la información bancaria que sea precisa, ha sido cotitular invariablemente. En los dos últimos años ha compartido esa cotitularidad con otro miembro de la comisión. "Nos costó mucho trabajo convencer a bares y hoteles para que nos ayudaran, incluso a veces como si mendigáramos. No es justo que ahora se nos trate de esta forma", se lamentó uno de los coorganizadores iniciales. Desde el viernes miembros del equipo de Gobierno poseen información bancaria puntual de los movimientos que se produjeron en la cuenta de Caja Rural en el último año. Han prometido aclarar la situación.