El Corpus Christie procesionó ayer por las calles del centro de Benavente sobre una alfombra de flores. Le precedían medio centenar de niños y niñas que este año han tomado la comunión por primera vez en las distintas parroquias de la ciudad.

Se trata de la festividad del Corpus Christie, que desde hace años ha trasladado la celebración del jueves al domingo. Una misa en la iglesia de Santa María del Azogue comenzó a las 19.30 horas. La colecta se recogió en favor de Cáritas Diocesanas, como ocurrió también en la capital, debido a que ayer se celebraba también el Día de la Caridad. Una hora después niños y niñas estaban procesionando por las calles, mientras la climatología se debatía entre el bochornoso calor y la amenaza de lluvia durante todo el recorrido. Este evento cristiano ayer reunió a decenas de feligreses para procesionar en las calles del centro de Benavente junto al símbolo del cuerpo de Cristo. Los párrocos de Santa María del Azogue y San Juan del Mercado guiaron la Eucaristía y, a continuación, la procesión que se dividía en una primera parte llena de jolgorio, por la presencia de los niños y una segunda más solemne en la que reinaba un silencio respetuoso, las oraciones y cánticos religiosos. Madres, tías y abuelas estuvieron pendientes en todo momento de que las diademas estuviesen en su lugar, de que el dobladillo del vestido de las niñas no fuese pisado, de que los niños contuviesen la risa y mantuviesen la pareja asignada, así como de que todos ellos sonrieran a pesar del paso lento. Reponer de pétalos las cestas de los más pequeños también fue una de las tareas asignadas a los acompañantes, en su mayoría familiares directos que intentaban inmortalizar cada paso que daban con cámaras de fotos y móviles, haciendo a veces difícil el tránsito por las calles, que comenzaron por La Rúa y volvió por Herreros tras atravesar la Plaza Mayor para finalizar en el mismo punto donde se había comenzado la procesión: la iglesia de Santa María del Azogue.