Los pendones de La Bañeza y de Villanueva de Jamuz ondearon este domingo en Uña de Quintana con motivo de celebrarse la Fiesta de la Virgen del Rosario. Una jornada festiva marcada por la devoción de los vecinos con una programación sufragada por una familia devota propietaria de un establecimiento hostelero en la vecina ciudad leonesa.

Los dos pendones de La Bañeza con su pendoneta y también el pendón de la localidad de Villanueva de Jamuz hicieron notar su presencia en Uña de Quintana ante el templo parroquial de cuyas rentas en manos de la corona leonesa ayudaron a sufragar, en el siglo XII, los costes de construcción de la iglesia de San Juan del Mercado de Benavente que fue mandada construir por Eldoncia, la hija de los condes Osorio y Teresa en el último cuarto del siglo XII y cuyo templo pasó a la protección de los caballeros del Hospital. La población de Uña de Quintana y su iglesia ya formaba parte de la Encomienda de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, pasando a pertenecer posteriormente al dominio o Encomienda de Benavente.

Tanto en la plaza de la iglesia como en las calles de Uña, los paños damasquinados de vivos colores ondearon al viento en un itinerario procesional arropando a la imagen de la Virgen del Rosario, desde el templo parroquial continuando por la travesía en dirección a las inmediaciones del parque de las Eras, frente a la casa de la familia devota, de Lola como le llaman sus vecinos, donde el canto de la salve rociera y el baile de la Virgen del Rosario lograron humedecer algunos ojos de los allí congregados.

Trajes tradicionales

La comitiva continuaba su marcha de regreso hasta el templo, no sin antes los equipos de pendoneros y remeros realizaban verdaderas proezas para sortear las mangueras del cableado que cruzan las calles de la localidad. Un nutrido grupo de mujeres ataviadas con trajes tradicionales se turnaba para portar las andas con la imagen de la Señora del Rosario, esta reproducción de la que se venera en la iglesia presidiendo un altar lateral fechado en 1.683.

Una vez finalizada la comitiva procesional, los participantes ocuparon la plaza para darse unos pasos de baile al ritmo marcado por la agrupación musical "Bañezaina" nacida hace cuatro años al amparo de la asociación cultural "el pendón de La Bañeza" cuya nutrida presencia en Uña se hacía notar durante toda la jornada del domingo. Vecinos y pendones bailaron en el ágora de Uña de Quintana rodeados estos últimos por los participantes sin dejar de elogiar las proezas mostradas por algunos portadores en el izado del mástil. Hasta un avezado pendonero lograba no sólo sujetar el mástil con su paño al viento, sobre la palma de su mano, otro también lograba su izado sobre el mentón. "Aquí hay madera", señalaron algunos cuando un adolescente también se sumó a bailar el pendón. Tras los bailes, los vecinos degustaron un convite ofrecido por Lola y su marido que en este año celebraron sus bodas de oro.

La fiesta de la Virgen del Rosario se había iniciado días antes con el oficio de un Tríduo y en la jornada de vísperas se realizó una ofrenda floral dando paso a la jornada festiva del domingo con una misa solemne y la procesión por la tarde.