Son únicamente artilugios flotantes sobre el cauce del río Tera, llenos de ilusión, que surcan las aguas movidos por las manos de sus ocupantes, con pedales o con remos, pero aún así el Ayuntamiento de Santa Croya de Tera, para organizar el XI descenso de "barcos locos" tuvo que pedir permiso a la Confederación Hidrográfica del Duero.

Y eso, por primera vez en once años consecutivos, a requerimiento de la Guardia Civil, aseguró ayer el alcalde Juan José Arenas visiblemente molesto con el requerimiento para organizar una actividad de este tipo, de embarcaciones ecológicas.

Arenas, sin embargo, ha tenido que retirar los escombros, planchas de hormigón e hierros punzantes que han venido yaciendo sobre el lecho del cauce, debajo del puente, desde que se construyera en 1994 la nueva plataforma viaria sobre el río.

Una circunstancia que ha venido suscitando airadas críticas desde hace años y de las que se ha hecho eco este diario, pero tanto la Diputación como promotora del puente, como el organismo de cuenca en cuanto gestor del cauce, se han venido desentendiendo de la retirada de los materiales.

Después de casi un cuarto de siglo lo ha tenido que resolver quien no tiene competencias pero quien se ha visto perjudicado desde entonces.

Con las bendiciones legales y con las aguas tranquilas, la XI edición del descenso de "barcos locos" volvió a reunir a un numeroso público llegado desde localidades próximas a contemplar el dificultoso navegar de una veintena de embarcaciones construidas todas ellas en las atarazanas del pueblo a excepción de una, llegada desde Cerecinos de Campos para participar en el divertido espectáculo organizado en la tarde del domingo con el que se ponía el colofón de cierre a la programación de los festejos.

Navíos emulando a un corral de ovejas, las labores de la matanza y despiece del cochino o el hormiguero se alzaron con los primeros galardones entre el resto de clasificados.

Santa Croya de Tera se vestía de fiesta desde el pasado miércoles con una variada programación teniendo como protagonistas a los propios vecinos que con su saber hacer han logrado, un año más, que su pueblo se erija en una de las localidades de la comarca que logra reunir a un mayor número de personas deseosas de contemplar espectáculos de entretenimiento y divertidos.