El presunto autor del homicidio de un empleado de origen búlgaro en Santa Cristina de la Polvorosa J. C. B. R., prestó ayer declaración en el Puesto Principal de la Guardia Civil y se habría declarado autor confeso del homicidio. Poco después los agentes detuvieron a su amante y esposa del fallecido, de nombre Sonia, por su presunta complicidad en el crimen.

La relación sentimental entre el ganadero y la mujer parece confirmarse como el móvil del asesinato. J. C. B. R. contrató al matrimonio hace meses para cuidar sus explotaciones ganaderas de ovejas. El ganadero y su empleada iniciaron poco después una relación. El pastor búlgaro, al parecer de apellido Asenov, desapareció a finales de febrero o principios de marzo. Poco después el ganadero, casado y con dos hijos, se divorció de mutuo acuerdo de su esposa, y comenzó a convivir con la mujer del empleado, también de origen búlgaro.

El crimen pudo suceder el mismo día de la desaparición de Asenov. Según ha podido saber este diario y aunque será la autopsia la que determine la causa de la muerte, esta no se produjo por un arma de fuego sino por un golpe, previsiblemente en la cabeza. El autor o autores habrían cometido el homicidio en las proximidades de la finca y ocultado el cuerpo durante estos meses en un acuífero cercano. Fuentes vecinales relataron a este periódico como durante la investigación policial realizada a lo largo de la jornada del martes, los agentes emplearon tiempo examinando y recogiendo muestras de un pozo cercano a la finca.

J. C. B. R., tal vez inquieto porque la Guardia Civil buscaba a Asenov, sacó el cadáver del acuífero para quemarlo. Lo hizo en la parte posterior de uno de los cebaderos del conjunto de edificios de la finca. Después abandonó el cuerpo allí mismo. El humo sin embargo lo delató. La colaboración vecinal permitió que la Guardia Civil tras conocer esta información, acudiera el martes de madrugada a la finca y se encontrará con el cuerpo carbonizado, que ya llevaba allí unos días. Los agentes fueron a buscar a J. C. B. R. a su casa y para detenerlo. No así a su compañera y esposa del finado a la que no se detuvo hasta ayer al filo de las dos de la tarde aproximadamente. Poco antes la subdelegada del Gobierno Clara San Damián anunciaba en Zamora que solo había un detenido en relación a este presunto homicidio, que la juez había decretado el secreto de sumario y que no se descartaban más detenciones.

El matrimonio búlgaro tenía varios hijos. Uno de ellos que trabaja en la comarca pudo haber denunciado la desaparición de su padre la pasada semana, aunque todavía este extremo no se ha confirmado oficialmente. Como quiera que fuese la Guardia Civil comenzó a investigar y a tomar declaración como testigos a miembros de la comunidad búlgara de Benavente y de la comarca, estrechando así el cerco sobre lo que realmente había ocurrido y sobre los presuntos autores del crimen.

La declaración de J. C. B. R. ante la Guardia Civil ha podido ser decisiva para cerrar el asunto. Ahora tendrá que declarar su amante. La juez decidirá hoy por lo tanto, en caso de confirmarse la autoría, si decreta el ingreso en prisión del ganadero y que decisión toma con respecto a la esposa del fallecido.