El párroco de Bretó de la Ribera ha querido cerrar de una vez por todas la polémica surgida en torno al traslado de la imagen de la Virgen de la Pedrera, desde su ermita hasta la iglesia de Bretó, apelando al diálogo y a la reconciliación. Santiago Martín Cañizares, recién llegado de Roma donde asistió el día anterior al acto de canonización de los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II, no quería ayer dejar lugar a dudas de su entrega estando dispuesto a escuchar a todos. «Esta es la casa de María» decía ayer el párroco en la ermita de la Virgen de la Pedrera con motivo de la romería del lunes después de la octava de Pascua en este humilde templo mariano junto a la ribera del río Esla y en las inmediaciones del Puente Quintos. «Sé que estamos envueltos en una polémica pero os quiero decir, sobre todo a mis feligreses, que en la iglesia las cosas no se solucionan levantando los trapos sucios, sino escuchando, dialogando y, sobre todo, rezando, orando en torno a la mesa del altar».

La polémica estaba servida en cuanto los devotos de Granja de Moreruela, localidad vecina y que también celebra su romería en esta ermita con ocasión de la festividad de San Marcos, han amenazado con denunciar ante la Guardia Civil lo que han considerado una apropiación de la imagen por parte de vecinos de Bretó que la trasladaron hasta la iglesia parroquial de esta última localidad. El conflicto logró levantar airadas críticas sobre el «quid» de la cuestión, la propiedad de la imagen, achacando al joven párroco de Bretó de haber atendido las peticiones de algunas feligresas que al parecer argumentaron el riesgo que podría correr la talla en el pequeño y solitario templo.

El sacerdote Santiago Martín, en declaraciones a este diario, explicó que las razones del traslado hasta la iglesia de Bretó se habían debido «únicamente a la previsión de un posible robo de la imagen, así como preservar la talla románica de la humedad que le viene afectando a la madera». Martín Cañizares aduce que ya el pasado año técnicos de restauración de la Diócesis de Zamora abogaron por preservar la talla de la humedad, así como su custodia en un lugar más seguro. Más aún, fueron los propios técnicos quienes, además de la recomendación anterior, abogaron por su restauración ya que evidencia un deteriorado estado en el conjunto de su policromía. La humedad de la ermita es también evidente en sus paramentos y en el solado del pequeño edificio en la ribera del Esla.

Así pues, el párroco decidió el pasado 1 de enero, festividad de Santa María, trasladar hasta la iglesia de Bretó, la imagen en una caja cuya construcción fue supervisada por los técnicos de restauración, aseguró a este diario.

Las pretensiones -sigue explicando el cura- pasaron por devolver la talla a su ermita en unos días posteriores a las Navidades. Unos «imprevistos» vinieron a aparcar la decisión, advierte Martín Cañizares. El párroco se refiere a la comunicación por parte del arrendatario de la dehesa, en cuyos terrenos se levanta la ermita, de que desconocidos habían forzado la cerradura de la puerta. Evitar un posible robo ha sido el argumentario manejado por el párroco, así como la cuestión de la humedad que está afectando a la talla. Estos extremos asegura el párroco que eran conocidos por su compañero en el sacerdocio, el párroco de la Granja de Moreruela.

El cura de Bretó está abierto a cualquier sugerencia abogando por disponer de una mayor custodia de la talla, resaltaba ayer a este redactor.

En todo caso, la romería se celebró con el ritual de siempre aunque con una clara diferencia que en lugar de permanecer en su sede la Señora del Esla, «la Virgen morena» llegó en una caja, desde la iglesia parroquial de Bretó, minutos antes de salir al encuentro del Crucificado que venía en procesión. Los encinares fueron testigos mudos de la surgida polémica ante la misma casa de María y la discreta mirada de agentes de la Guardia Civil. Bajo la advocación de La Pedrera los devotos participaron en los actos organizados por el Ayuntamiento y la asociación cultural «Montes Negros» de Bretó. La explanada servía un año más de escenario para el almuerzo, concursos, bailes y regreso de la comitiva.

El cura tiene la última palabra sobre la permanencia de la talla de la Pedrera en la ermita y a buen seguro que el prelado de la Diócesis de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, se la bendiga.

«Estoy abierto a cualquier sugerencia pero hay que preservar la talla de la humedad y velar por su seguridad»

<Santiago Martín>

«La imagen se llevó a la iglesia para evitar su robo o mayor deterioro. Todos somos devotos»

<Nerea Velasco>

«La polémica se ha sacado fuera de contexto. Todo se debe a años atrás, sin saber por qué viene la cosa»

<José María Alonso>