La Santa Vera Cruz, una de las cofradías más antiguas de la provincia de Zamora y la cuarta por orden de fundación de España, tributó anoche entrega y disciplina al símbolo del cristianismo. Los 125 cofrades de esta hermandad fundada en el año 1487 y hermanada con el Santo Entierro procesionaron desde la iglesia de San Juan del Mercado pasadas las nueve de la noche. Antes los cofrades cumplieron con los usos y costumbres. La primera, la de reunirse con las autoridades municipales en la Casa Consistorial. Antiguamente se fumaba durante este acto protocolario. El tabaco ha sido suplido hace años por caramelos. La segunda, la reflexión sobre lo que significa la cruz y la meditación de los cofrades en el altar de la iglesia de San Juan del Mercado.

Una temperatura excelente arropó anoche la procesión de la Santa Vera Cruz. Hace dos años la comitiva procesional tuvo que ponerse a salvo de la lluvia y en 2013, no hubo metro que no avanzara cofrade o costalero sin mirar hacia un cielo encapotado que amenazaba con descargar en cualquier momento. La de anoche fue una procesión sin incertidumbres climatológicas.

Ante del inicio de la procesión estaba confirmada la participación de tres nazarenos. Son los disciplinantes por excelencia de la hermanad. Portan cruces de madera, algunos descalzos, y todos tocados con coronas de espinas. Los disciplinantes se ofrecen cada año al presidente de la Cofradía a portar la cruz, aunque hay algunos que poseen cruz propia y, aunque residen fuera, siempre que pueden se suman a la comitiva.

Tras los nazarenos procesionó anoche por riguroso orden el Paso de la Cruz, el Paso de la Oración en el Huerto, la Imagen del Ecce Homo escoltado por la policía municipal, la Imagen de Jesús Nazareno, el Paso de la Desnudez o Redopelo y por último la Imagen de La Virgen de La Soledad, escoltada por la Guardia Civil.

Este año, la Virgen de la Soledad estrenaba faroles construidos por el benaventano José Ángel Llamas. El año pasado, la Virgen, bajo un cielo encapotado que se mantuvo amenazante durante todo el recorrido, había estrenado sudario.

Especialmente, la Santa Vera Cruz se ha volcado este año con la imagen del Ecce Homo. Obra de los arquitectos Luis y Elena López, la imagen estreno un suelo de espinas y procesionó envuelta en un manto de luz. «Las espinas son un símbolo del sufrimiento de Jesús y el manto de luz entre las espinas, el fuego del dolor», explicó el presidente de la Cofradía, Jose Antonio Martínez Lucio.

Como es habitual, la procesión la cerraron anoche representantes eclesiástico acompañados por los Alcaldes Caballeros de las Cofradías, autoridades y miembros de la Junta Pro-Semana Santa, y como también es tradición, al finalizar la procesión, en la Plaza San Francisco y frente al Hospital de la Piedad, se cantó una Salve y se rezó una oración por los enfermos de Benavente.