El vaciado del edificio que iba a albergar el Museo Etnográfico en la calle Cervantes se ha completado esta semana y han sido ya retirados algunos de los elementos que Patrimonio ha pedido mantener y reutilizar si se reconstruye el inmueble.

La Concejalía de Urbanismo explicó a los grupos de oposición que el proyecto de derribo no ha sido fácil al descubrirse que sobre los capiteles que había que conservar se sostenían dos terrazas con baño propiedad de los mismos propietarios que permutaron con el Consistorio en su día la vieja casona por un solar en el área del «Benavente II».

En la escritura se reconoce el derecho de luces y vistas al patio de estos propietarios, que a su vez aseguran que el equipo de Gobierno socialista les prometió que una vez que se construyera el museo se integraría en el edificio público una escalera para facilitar el paso al sótano de un negocio con fachada a la calle Zamora.

Como quiera que fuese y pese al hecho de que los capiteles hayan aguantado todo este tiempo el peso de dos terrazas con baño, el derribo se consumó de acuerdo con los planes previstos inicialmente. El inmueble se ha vaciado en su interior y ahora habrá que dirimir como se integran los elementos rescatados en su interior, donde el equipo de Gobierno ha descartado continuar adelante con un proyecto cuyo futuro es más que incierto. Urbanismo no descarta por contra reagrupar todos estos elementos en una zona de vista accesible para los vecinos.