Arancha Pardo, de 2º de Bachillerato, lo tiene claro: «quiero estudiar algo de idiomas». No es la principal causa, sólo dos alumnas tienen claro que quieran formarse en algo relacionado con las lenguas, sin embargo, todos son conscientes de la competitividad que hay en el mundo laboral y de la necesidad de los idiomas en cualquiera de los ámbitos, de manera que muchos, a pesar de no haber llegado a la edad adulta, asumen que «a lo mejor me tengo que ir en un futuro a vivir fuera y puede que sea Alemania».

La influencia de los medios de comunicación también se nota, pues consideran que en dicho país hay más oportunidades laborales. La profesora Lorenzo intenta transmitirles que actualmente saber un idioma a mayores del castellano (normalmente inglés, por ser el más extendido en la educación española), pero que conocer otra lengua extranjera será lo que les diferencie en el currículum.

La diferencia de edades dentro de la clase también resulta muy enriquecedora, pues así aprenden a respetar las ideas de otras personas.

Los alumnos coinciden en que lo más difícil del alemán es la pronunciación y añaden «cuando la clase acaba siempre nos quedamos con ganas de más».