Puede que en el futuro no estudien bilioteconomía o que ni siquiera cursen algo relacionado con las letras, pero los alumnos del colegio Fernando II de Benavente tuvieron ayer una profunda toma de contacto con el mundo de los libros.

El grupo de sexto de Educación Primaria fue el encargado de inaugurar la nueva biblioteca-mediateca que ha sido renovada gracias al esfuerzo de los docentes y de las donaciones de los padres. En total más de 2.500 libros ordenados por temáticas que albergan desde lo puramente académico hasta la cultura general con las enciclopedias o el patrimonio más cercano con libros sobre Benavente, la provincia de Zamora o la comunidad castellano- leonesa.

En esa primera toma de contacto los alumnos conocieron cómo se ordenan los libros, para qué sirve el código de barras o en qué estantería deben buscar tanto para sacar como para devolver los ejemplares. El objetivo es que ellos acaben siendo los bibliotecarios, los encargados de gestionar este nuevo espacio situado en la planta baja y que cumple varias funciones: además de biblioteca y mediateca, es un aula bilingüe e informática, equipada con una docena de ordenadores y una pizarra digital. Los profesores saben que las nuevas tecnologías captan la atención de estos jóvenes y, por tanto, combinan la letra impresa con la de la pantalla. Además de fomentar la lectura, «queremos que comprendan y conozcan esta nueva biblioteca-mediateca», explica José Casquero, coordinador de este nuevo espacio, quien apunta que habrá una visita mensual de cada curso.

Tras las primeras nociones para ser «pequeños bibliotecarios», todos los alumnos pudieron elegir un ejemplar para llevarse a casa y devolver tras las vacaciones Noelia Barrientos escogió el libro «Electricidad y magnetismo», «porque estamos dando esta materia en Conocimiento del Medio», dijo. Su compañero Jorge Ángel prefirió un cuento «para leer en las Navidades», aseguró. Roberto Tomé, por su parte, prefirió un DVD sobre Napoleón «porque me gusta la historia» y Esther González un cuento sobre faraones «porque en el próximo trimestre vamos a dar algo en Historia».

Estrenaban así su carné de socios, fueron los primeros registrados en la base de datos, estudiaron a conciencia cada una de las estanterías y se fueron a casa con un ejemplar bajo el brazo.