La mayoría del público esperó hasta el último día del Mercado Medieval para visitarlo. La mayoría, según los comerciantes, porque a los clientes les ha costado decidirse en comprar. La taberna, por el contrario, asegura que ayer fue el día que menos gente se sentó en sus bancos de madera.

El responsable del puesto de cristal soplado, Fabián Pazos, es uno de los que más público ha congregado. «Siempre tengo a cuarenta o cincuenta personas viendo cómo convierto una barra de cristal y cualquier figura que se me ocurra, pero luego sólo compra uno. Dos a lo sumo», dice mientras prepara el fuego para moldear otro objeto.

Tras multitud de dulces, empanadas y tartas atiende una gallega que no pone buena cara cuando se le pregunta por las ventas, aunque a continuación añade que «con la que está cayendo no nos podemos quejar». Ante la opción de volver el próximo año no duda en decir que sí. La mayoría de estos artesanos proceden de Galicia, pero también encontramos a una benaventana, Yolanda González, que achaca al domingo nublado el aumento de participantes: «Yo creo que nos ha venido bien que el día esté menos caluroso porque así la gente ha venido aquí, en lugar de ir a bañarse». Entre los puestos locales estaba también el de la Asociación Española Contra el Cáncer, en el que han recibido más gente por las tardes que por las mañanas.

Si vamos a los puestos de juguetes los comerciantes responden que estarían dispuestos a repetir cita en Benavente, «si son las mismas condiciones».

El dueño de una empresa de quesos de cabra hechos desde el principio hasta el final con productos que él desarrolla, incluída la propia leche, cree que las ventas han sido «moderadas» y considera que «la crisis es como una lluvia fina, pero constante. Espero que pronto pase el temporal».

Otra mujer, encargada de la bisutería, dice no conocer la ciudad, pero se lleva la sensación de que «aunque es la Plaza Mayor, nos han puesto en un sitio con poca actividad comercial. Los que se acercan hasta aquí vienen exclusivamente a ver el Mercado. Otra ubicación en la que hubiera más tránsito de personas nos favorecería más».

Otro compañero que ha venido por primera vez, considera oportuno poner a todos los puestos en la misma plaza, pero también augura que probablemente en tiempos sin crisis el número de puestos fuese el doble. En total hay 47 stands y este número, en su opinión, les ha favorecido en las ventas.

El Mercado Medieval ha estado animado por la compañía Mago Merlín con espectáculos cada hora. Malabares, juegos para niños, trucos que dejan con la boca abierta y otras funciones para retener al público el mayor tiempo posible. Además, música de la época para ambientar la plaza y exhibiciones de aves que los visitantes han podido ver volar sobre sus cabezas, tocar con sus propias manos e, incluso, fotografiar en sus cámaras o teléfonos móviles.

Ayer por la noche se cerró el zoco que ha estado tres días en Benavente recordando con sus trajes y productos la Edad Media, una actividad que el próximo fin de semana estará en Puebla de Sanabria.