Ni es Suero de Quiñones ni tampoco un caballero Osorio. Tampoco el Cid Campeador, como ha llegado a calar en el imaginario colectivo de los niños benaventanos de muchas épocas tras preguntar ingenuamente a padres y familiares de respuesta fácil. Simplemente se trata de un caballero medieval que dada las características del puente encajaba bien en el escenario y permitía a un contratista de nombre olvidado poner el broche, el sello o la firma personal a un trabajo de envergadura. Una forma curiosa de intentar trascender.

De eso hace más de sesenta años y curiosamente el detalle de la historia de la estatua todavía no se conoce al cien por cien como se ve. Ni siquiera la megalomanía del constructor evitó a este el olvido de su nombre, lo que crea una paradoja que da mas alas al pequeño enigma del jinete medieval.

El testimonio del que fuera alcalde de Benavente entre 1967 y 1973, Julián Cachón González, ha permitido desnitrificar sin embargo la creencia leonesa de que el Caballero del Esla era un Suero de Quiñones pétreo con destino a Hospital de Órbigo que al coincidir con las obras del nuevo puente de la entonces carretera N-VI, fue reubicado chauvinistamente por el ministro benaventano Federico Silva Muñoz.

La Crónica de León publicó en marzo un reportaje explicando el «rumor» o «creencia» que todavía existen en las riberas del Órbigo. «El rumor, la tradición heredada, al menos en la provincia de León, dice que tal caballero refleja al mismísimo Don Suero de Quiñones, héroe de la gesta -o bravuconada, según se mire-, del Passo Honroso sobre el viejo puente de piedra de Hospital, y que la efigie fue encargada en torno a los años sesenta con motivo de uno de los aniversarios del Passo aunque, por motivos nunca aclarados, quedó varada en la ciudad zamorana y jamás llegó a su destino, la población leonesa de Hospital de Órbigo. Pero, ¿es realmente él?».

El periódico, recoge como «idea muy extendida», incluso como creencia política entrega alcaldes y concejales «que tal estatua fue encargada por una corporación de entre los años cincuenta y sesenta pero que al final quedó instalada en el puente benaventano. Y uno de los mejores conocedores de la historia de la zona central de la provincia de León, el cronista oficial de Astorga, Martín Martínez, también suscribe lo popular de tal creencia pero aduce que es necesaria una investigación para conocer el grado de verdad que encierra. No obstante, aporta el dato de que el ministro de Obras Públicas entre los años 1965 y 1970, Federico Silva Muñoz, era natural de Benavente y quizás su querencia por embellecer aquella obra 'hurtó' a Hospital la escultura solicitada a Madrid».

El testimonio de Julián Cachón arrojó alguna luz en León sobre el origen real de la estatua al señalar la intención de trascender del constructor al terminar la obra. Al parece este tenía la costumbre de «coronar cada uno de sus trabajos con una escultura, que pagaba de su bolsillo».

El historiador benaventano, Juan Carlos de la Mata, secunda la tesis del ex alcalde. «Parece ser que con la estatua se pretendía dar cierto empaque al nuevo puente o viaducto, situado junto al viejo que aún se conserva y es destinado principalmente en la actualidad para usos agrícolas». De la Mata, señala que históricamente fue considerado como uno de los puentes más importantes del reino por su longitud, pues en realidad se trataba de tres puentes o tramos enlazado.

No obstante, recuerda citando diversos trabajos publicados en Brigecio, la Revista de Estudios Benaventanos, que en el viejo puente de Castrogonzalo, situado junto al moderno puente viaducto de la actual autovía A-6 sobe el que se localiza la estatua del caballero, se celebraron durante la edad media « importantes ferias, exsitiendo una pobalción en sus inmediaciones y una ermita y hospital en una de las isla sobre las que se asientan algunos de sus ojos».

¿Es descabellado pensar entonces en que algún caballero medieval específico estimulara la imaginación del constructor? No en realidad. De la Mata es de esta opinión. «En general con la historia del lugar y el origen medieval del puente ¿qué mejor que situar sobre el mismo como reclamo y alegoría un jinete o guerrero medieval a caballo?».

Y a la hora de encontrar una razón para la instalación de un caballero medieval con su montura, pudieron varios hechos, aduce el benaventano. Entre ellos, el más conocido es el de la conocida tradición del paso honroso de Hospital de Órbigo. «Tradición por otra parte muy conocida en la zona, toda vez que el río Órbigo discurre también por las inmediaciones de Benavente.

Más vinculado a la historia de Benavente es el hecho de que uno de los caballeros Osorio (algunos de cuyos miembros fueron tenentes de la villa y alcaldes de la fortaleza de Benavente) se batió contra su hermano en el Puente del Órbigo. «Esto pudo incidir en la iniciativa, pues el hecho es conocido a través de la historia y bibliografía local aunque la estatua de la que hablamos se instalaría en tiempos ya contemporáneos en sobre el viaducto sobre el río Esla y no sobre el Órbigo, además estos caballeros Osorios se batieron en justas o torneo durante el cerco de Benavente contra las tropas anglo-portuguesas del duque de Lancaster».