Trabajos de bordados a bastidor y sobrepuesto, delicadas elaboraciones con ganchillo, hasta rodaos y mantones tradicionales, llevan durante años y años confeccionando con sus manos dos vecinas de Villaferrueña. Tanto Isabel Indias Cisneros, como Sarita Fuente Blanco, la primera originaria de la villa pacense de Aceuchal y la segunda de la localidad cercada al sur por la Sierra de Carpurias, evidencian un denominador común aparte de ser cuñadas, desde pequeñas se han dedicado a elaborar primorosos trabajos sobre telas. Estas dos costureras sin dedal aprendieron el oficio de pequeñas, sin saber la una de la otra. Sarita compaginaba los trabajos del campo con la costura y labores del hogar e Isabel aprendía el oficio de muy niña, en la escuela. «Me enseñó una maestra del pueblo que tenía un taller donde llevábamos las sillas de casa y ella nos enseñaba. Cuando aprendímos, la maestra daba trabajo en el taller a la que quería seguir en el oficio. En la pequeña factoría artesana de la comarca de Tierra de Barros se elaboraban piezas que eran enviadas a Madrid y a Barcelona», explica Isabel. Su cuñada y vecina, Sarita, vino al mundo en Villaferrueña, junto al caño del molino que aporta las frías aguas del río Eria donde tantas veces se lavaron las telas de lino tejidas en el desaparecido telar del pueblo. Gruesas telas que servían tanto para arropar los cuerpos como para almacenar la blanca harina. Sábanas de las camas, como «quilmas» o sacas de la blanca molienda salían del telar de Villaferrueña y de cuyas producciones Sarita dispone de alguna pieza de entonces. Son estas piezas de lienzo a las que Sarita ha aplicado el ganchillo y trabajos elaborados en punto de cruz que causan la envidia de los vecinos. Otro tanto ocurre con los trabajos de la costurera de toda la vida, de Isabel. Sus confecciones sobre las telas a base del bordado a bastidor y sobrepuesto en telas de algodón e hilo de bordar de madejón imprimen en cada uno de ellos el sello personal de la artesana, porque son eso, elaboraciones artesanas sin parangón.

Costureras sin dedal, «porque cosen bien y cosen mal», apuntan las dos artesanas sin darle gran importancia a sus trabajos con la labor. Son muchos los bordados estampados sobre los embozos de las sábanas a estrenar en la noche de esponsales, un ajuar de telas completo como regalo de bodas, al igual que son otros muchos los trabajos realizados por estas dos vecinas de Villaferrueña. Con delicados hilos a ganchillo, a punto de cruz, del color de la nieve o del color del cielo, así como los llamativos y llenos de cromatismo estampados sobre motivos florales aplicados en un mantón para cubrir los hombros. Todo es pura estética en el trabajo realizado por estas dos artesanas vecinas de Villaferrueña. Y no se dan importancia estas dos costureras sin dedal.