Santa Croya de Tera valoró, un año más, el ingenio y la imaginación en el VIII descenso de los barcos locos que tras ocho años consecutivos viene logrando un numeroso público atraído por el divertido evento en el río Tera.

Los oficios tradicionales como la elaboración del vino en «la bodega» y «la trilla» de la mies desarrollados sobre embarcaciones construidas al efecto consiguieron respectivamente el primero y segundo premio, así como el navío del «Carro de las princesas» y el del grupo musical de «Paju y la Contratranka» obtuvieron el favor del público y jurado con el tercer y cuarto puesto. Así hasta 18 navíos surcaron las aguas del Tera, una lámina baja en esta ocasión, pero permitiendo el lento navegar de las embarcaciones patroneadas por avezados marineros de agua dulce.

La organización de la cita a cargo del ya ducho en estas lides y vecino de Santa Croya, Manuel Vega, arropado por un grupo de jóvenes, se enmarcó en el programa de los festejos patronales en honor a San Cayetano inaugurados el pasado miércoles y clausurados el domingo.

Durante los días previos, naves, garajes y locales de la localidad se convirtieron en atarazanas donde se construían las embarcaciones. Los armadores de los buques procuraban en los días festivos los últimos retoques a las lanchas y embarcaciones sin motor, en una prueba consistente en realizar el recorrido en el menor tiempo posible con la única ayuda de la corriente de las aguas y la licencia de algún remo. Hasta el muelle de «Los Rederos» llegaron a media tarde un total de 18 navíos transportados en plataformas rodantes, remolques y cualquier vehículo dispuesto por el patrón. Eso sí, la concentración de navíos se realizaba en el pueblo, en las inmediaciones de la plaza Consistorial, para dirigirse al puerto y bautismo sobre las aguas. «Los Rederos», un año más, se convirtió por unas horas en el puerto de Santa Croya. Desde el punto de atraque en un recorrido aguas abajo hasta cruzar el puente donde esperaba impaciente el numeroso público apostado sobre las barandillas del viaducto sobre el Tera y en las zonas ribereñas, sobre todo en su margen derecho convertido en punto de destino o amarre de las embarcaciones. No faltaron los chapuzones de rigor agradecidos ante el reinante calor de la tarde.

Las aguas del Tera desde el puerto arrastraron no sólo a los galardonados con trofeos y premios en metálico de 200 ,150, 100 y 50 euros para el primero, segundo, tercero y cuarto clasificado, sino también a divertidos buques como el del Papa y su séquito, el de los vikingos, los picapiedra, una lancha de salvamento emulando a una vaca y asi hasta un total de 18 artilugios flotantes.

Una merienda en la ribera del río para todos los participantes acompañada de los sones musicales del grupo de jóvenes, «Paju y la Contratranka» que también había surcado las aguas ponía el broche final al evento. Las fiestas se clausuraban con una representación teatral a cargo del grupo Intercazia poniendo en escena la comedia: «El desliz de Julieta» y la verbena a cargo del grupo musical «Stand-By».

Por otra parte, la plaza de Santa Croya abre el sábado a las 9 la IV marcha arriera con carros y burros engalanados por el camino de las bodegas. El albergue «Casa Anita», Aszal, Amigos del Rincón de Jacinto y el Ayuntamiento organizan la cita por cuarto año consecutivo como promoción del camino mozárabe-sanabrés. Los arrieros se dirigen en su andadura desde Santa Croya hasta las bodegas acompañados de música tradicional.