Escultor experimentado y prolífico, reputado y con obra en muchos puntos del país, Pedro Requejo Novoa (Madrid, 1964), recibirá el encargo de esculpir el Toro Enmaromado. En esta entrevista habla de como se presentó al concurso, de cómo ejecutará la obra y de la situación por la que atraviesa actualmente la escultura pública en España.

-Su participación en el concurso de la Escultura del Toro Enmaromado fue, digamos accidentada. ¿Qué ocurrió?

-Me enteré de la noticia de que se habían presentado 18 proyectos para lo del Toro Enmaromado. Me dio mucha rabia porque era una cosa que podía haber hecho bien, que podía haber ganado porque siempre he tenido la ilusión de hacer un toro a tamaño natural, desde hace mucho tiempo, y bueno no lo conseguí.

-Esto ocurrió en la primera convocatoria, a la que usted no llego a tiempo.

-Sí y entonces estuve mirando en Internet porque en Benavente no conocía a nadie. Aunque mi padre nació en Puebla de Sanabria y por Benavente he pasado muchas veces, he parado para conocer el castillo y tomar un café camino de Puebla, pero no conocía a nadie. Así que viendo la página web del Ayuntamiento le envíe un correo electrónico al concejal de Cultura diciéndole que qué pena, que me gustaba mucho la idea y que me había enterado tarde. Y se me ocurrió la idea de que tal vez pudiera declararse desierto. Y eso fue lo que pasó.

-La segunda vez cambió la cosa y estuvo más al tanto.

-Sí, porque me enviaron las bases del concurso cuando salió y rápidamente me puse manos a la obra.

-¿Ha sido cómodo o difícil ajustarse a las condiciones que se exigían para hacer la escultura?

-Para mi que me gustan mucho los toros ha sido una tarea fácil. Porque yo había hecho también para mi colección personal de obras un pequeño encierro y toros tengo varios, tengo como diez o doce toros hechos. Entonces es un animal que he dibujado mucho, que he estudiado mucho, y no ha sido complicado. Además como las segunda bases les quedó el mal sabor de boca parece, lo pusieron todo muy claro lo que querían., con la maroma sin tensión y los corredores una mirando al toro y otro hacia delante. Estaba muy mascado.

-Especialmente el toro, que usted ha planteado con mucho trapío, con mucha energía en la carrera.

-Yo he visto bastantes toros y cuando vas a verlos al campo pues normalmente están pastando, como son rumiantes se acuestan, y son completamente distintos al animal recién salido a una plaza con esa fuerza impresionante que tienen. Es un animal que cambia totalmente. Es como el caso de los atletas. En reposo no es igualmente apreciable la tensión de la musculatura.

-¿Finalmente hará usted la obra por el precio estipulado, 60.000 euros, o será otra cantidad inferior?

-No, la misma que ofrecieron porque el presupuesto está muy ajustado. No se puede estirar. Habrá que hablar con las fundiciones pero está muy justo. Lo comido por lo servido va a ser.

-¿Aún así resultó apetecible?

-Sí porque como he dicho a mi me gustan los toros y también porque me siento como un artista de la zona y me quiero dar a conocer.

-Pero usted tiene ya una obra larga y reputada....

-Sí, aunque nadie es profeta en su tierra, que dicen, ¿verdad? Y tengo una escultura que quiero hacer en Puebla desde hace mucho tiempo y de momento no hay manera.

-¿Conoce la fiesta del Toro Enmaromado?

-No, no lo he visto. He visto vídeos, he buscado fotos y también he visto algún toro de cuerda en otros lugares. Pero el Toro Enmaromado de Benavente no lo conozco.

-¿Cómo será el proceso a partir de ahora?

-Pues tengo que hablar con ellos, firmar el contrato y ver exactamente las dimensiones y la remodelación que van a hacer. Aunque están más o menos claras, pero para que me quepa y ver las distancias exactas del boceto. Luego hacer una estructura metálica que aguante todo esto y ponerme con el barro, modelarlo, sacarle los moldes, hacer la cera, repasar la cera, fundirlo, montar toda la escultura en bronce, repasarlo, cincelarlo y embalarlo y llevarlo para allá.

-¿En condiciones normales de cuanto tiempo estamos hablando, independientemente de lo que pida el pliego?

-Yo calculo que modelarlo me llevará prácticamente tres meses y después la fundición es más rápida. Pero esto hay que hablarlo.

-¿Con la crisis este tipo de concursos comienzan a escasear? ¿Cuál es la situación de la escultura pública?

-Los consagrados no tienen ningún tipo de problema. Antonio López, Manolo Valdés o ese tipo de gente que piensan una cosa, la hacen y se la ponen si el ayuntamiento tienen presupuesto. Luego hay gente que está haciendo cosas muy baratitas, acero corten, chapa... pero la mayor parte yo no las considero esculturas, tal vez mobiliario urbano, no sé como llamarlo.

-¿Podría llamarse arte?

-Yo no quiero excluir a nadie pero a mí me avergüenza que me llamen artista porque no quiero que me pongan al lado de esas cosas. Ahora hay muchos instaladores, que se dedican a hacer metáforas visuales con muy poquitos medios, son cosas de quita y pon que dura muy poquito tiempo.

-El encargo que usted va a recibir es un arte todavía demandado.

-Gracias a Dios sí aunque en extinción. De todas las maneras es sorprendente lo que se está poniendo en muchos sitios. La falta de criterio que hay.