M. A. Casquero

«Yo nací a la vida en La Bañeza, pero a la luz nací en Fuente Encalada», de este modo y emulando al Premio Nobel Vicente Aleixandre, el poeta Antonio Colinas Lobato quiso ayer ante sus convecinos reivindicar sus raíces vidrialesas. El insigne escritor era ayer homenajeado en su pueblo al que llegó con seis meses de edad, concretamente en estas fechas «hace 64 años y algunos meses menos», dijo en el emotivo acto recordando la cuna que le hizo su abuelo que todavía estaba por su casa antes de los trabajos previos de restauración. Precisamente la casa familiar en la hasta ayer calle Las Marinas está ubicada a partir de ahora en la calle dedicada al poeta Antonio Colinas quien ha sido también reconocido como hijo predilecto de su pueblo, de Fuente Encalada. El acto oficial del nombramiento efectuado en sesión plenaria por los concejales tomaba forma al mediodía de ayer, después de una misa y el descubrimiento de la placa por el poeta que estuvo en todo momento arropado por los vecinos, familiares y amigos, algunos de ellos desplazados para la ocasión realzando el emotivo y sencillo acto de reconocimiento público.

Destacados personajes leoneses del mundo de la cultura, familiares, amigos, vecinos de Fuente Encalada al frente de su alcalde, Antonio Colino a quien los alcaldes de los municipios cercanos quisieron acompañar en este acto entrañable. «Después de varios años de espera, es un motivo de alegría compartir con todos ustedes estos entrañables momentos», resaltaba el regidor municipal aludiendo a su prolongada enfermedad desde que hace dos años el Pleno municipal acordó la distinción de honores para el insigne escritor. «Nosotros estamos orgullosos porque además de ser un buen escritor es buena persona, sencillo, honesto y familiar que junto a su mujer María José y con sus hijos Clara y Alejandro, son queridos por todos nosotros» decía el alcalde visiblemente emocionado en su discurso interrumpido en varias ocasiones por los aplausos del público.

Por su parte el poeta, con la sencillez que le caracteriza, comenzaba su disertación con estas palabras: «No sé que decir y tendría mucho que decir», aunque realizó un breve repaso por los espacios de la zona vidrialesa, los pueblos, los campamentos romanos de Petavonium que han pasado a formar parte de las páginas de sus libros «de una manera muy viva». Una especial evocación sobre algunos de los personajes históricos locales, «más merecedores que yo de este reconocimiento» como Pedro Fernández quien en el siglo XV fundara la Orden de Santiago o Diego Alvarez, pariente de Pedro Fernández y estudiante en la Universidad de Bolonia.

Antonio Colinas en agradecimiento a su pueblo por el reconocimiento público quiso poner el germen de una «pequeña» -dijo- biblioteca municipal con la entrega de un lote de sus obras literarias.

Al finalizar el emotivo acto de homenaje, el Ayuntamiento agasajó a todos los vecinos con un vino español.