El sol del mediodía hizo ayer mella en algunos romeros que llegaron descalzos a su cita anual con la Señora, la Virgen del Carmen en su ermita-santuario en Navianos de Valverde. «Todo esfuerzo es poco para con la Virgen», decía una mujer de Aguilar de Tera con los pies dolidos. La vecina de Aguilar llegó una hora antes de la misa de las 13,30 horas y dio gracias a la patrona, lo mismo que hicieron quienes asistieron a la misa del peregrino. Todos se acercaron a las andas donde lucía la imagen.

La talla del siglo XVIII volvió a demostrar ayer que tiene un poder de convocatoria que «mueve la comarca», según otro de los romeros. La emoción invadió durante muchos momentos del día los rostros de los devotos. Flores y más flores fueron depositadas a los pies de Nuestra Señora la Virgen del Carmen, también velas encendidas junto a las andas y en ambos laterales del atrio. Centenares de llamas en pro de un favor, un agradecimiento, o simplemente para contemplar el feliz rostro de su Virgen, la patrona de los miles de romeros que acudieron a Navianos.

Algunos compartieron la jornada en un recorrido mariano entre Navianos y Rionegro del Puente para venerar en este último caso a la Virgen de la Carballeda, como aseguraba ayer uno de los párrocos de la zona.

Si las emociones fueron hondas en el interior del recinto religioso, se desbordaron con la salida a la calle de la imagen de la Virgen. Precedida de los mayordomos de la cofradía portando sus varas, estandarte, turiferario y cruz de guía, la multitud inmediatamente hizo un gran pasillo y se sintió el silencio, aunque sólo por unos momentos, ya que fue roto por los sones musicales de la banda «Solera». Un corto recorrido procesional alrededor del edificio religioso sede de la patrona, hasta llegar a la explanada situada frente al muro del presbiterio.

Todas las miradas se proyectaron sobre la Señora como si sus ojos desde la altura quisieran visualizar la totalidad de los asistentes.

La llegada hasta el altar para la misa provocó que no se quedara sentado ni un romero, sólo algunos discapacitados, todos a una se levantaron de sus sillas o de las gradas de cemento. El delegado diocesano del clero, Ricardo Fuertes, ofició la celebración eucarística acompañado de media docena de párrocos de la zona. Las afinadas voces de la coral polifónica de Santa Cristina de la Polvorosa se encargaron de imprimir un mayor toque de solemnidad a la ceremonia. Una vez finalizada la misa, la Virgen salió en procesión de nuevo antes de su regreso a la ermita.

Las inmediaciones del templo mariano volvieron a cobrar vida con la multitud de puestos de venta de diferentes productos instalados en la zona. Pulperos de la comarca, dulces, refrescos, avellanas, prendas de vestir, todo en este mercado en honor a la Virgen. Quien más quien menos, se llevó un recuerdo, al menos un favor mariano.

Navianos cerró ayer los festejos en honor a la Virgen con una verbena a cargo de Gaudí. Para esta jornada, el público infantil dispuso de una serie de juegos y atracciones y las peñas departieron en convivencia una comida festiva. El grupo musical «Límite» animó la verbena que dio paso a la jornada del martes dedicada a la Juventud, un sector poblacional que ha tenido especial protagonismo con el pregón del sábado a cargo de los quintos.