El Museo de Semana Santa no dispondrá de almacenes y dependencias auxiliares en la zona posterior de la Ermita de la Soledad. Ni siquiera contará con un ascensor, como pretendía la Junta Pro Semana Santa. La Unidad de Normalización incluida por el ex arquitecto municipal en el Plan General de Ordenación Urbana aprobado el pasado mandato municipal, obliga a recuperar las fachadas del edificio religioso eliminando las edificaciones adosadas, lo que hace inviable cualquier actuación exterior que no lleve aparejado el cumplimiento de la prescripción urbanística.

La restauración de la vieja ermita y su cambio de uso, de eclesiástico a museístico, se limitará por lo tanto a la limpieza y saneamiento de las fachadas y de la cubierta y a a la ejecución de pequeñas obras en el interior.

El futuro museo, un compromiso electoral del PP en respuesta a la solicitud de la Junta Pro Semana Santa, se financiará con cargo al Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local, costará 292.674 euros y dará empleo a catorce trabajadores.

La actuación afectará a 437,92 metros cuadrados distribuidos en dos plantas y se divide en dos partes; en la restauración de la iglesia y en la que se centrará en la dotación de lo servicios para su cambio de uso a museo de Semana Santa.

La obra exterior consistirá en la eliminarán las humedades y desconchones en el muro norte; en dejar a la vista la piedra original y en revestir los muros de mala calidad. En la cubierta se limpiarán tejas y canalones y se sustituirán también las actuales carpinterías por otras de madera de iroko con vidriería formada por tres hojas, la exterior de baja emisividad.

La Ermita de la Soledad se terminó de construir en el año 1525 y su estilo es renacentista. Según la ficha del catálogo de bienes protegidos del PGOU, fue remodelada en el año 1658 y posteriormente en 1990. La última intervención tuvo lugar seis años después y sólo afectó al retablo.

Las obras en el interior de la Ermita incluyen la creación de un mirador a media altura que se dedicará a la restauración de las piezas dañadas o en mal estado. Los trabajos supondrán el acondicionamiento interior del inmueble para su nuevo uso. Se construirá un nuevo forjado volado con vigas de madera a modo de entramado, que se apoyará en los muros laterales y en los aseos. Su revestimiento se realizará con madera de iroko y en su interior se ocultarán las instalaciones de iluminación. El Museo dispondrá de un área expositiva y otra de interpretación, seis vitrinas, aseos y una zona de control donde se emplazará la escalera de comunicación con la primera planta, reservada para el área de restauración.