Industrias del Tablero Nacional S. A. (Intanasa) echará el cierre a la fábrica de madera de Santa Cristina de la Polvorosa este viernes si como todo parece indicar se cumple el acuerdo alcanzado entre la empresa y dos vecinos de la localidad.

La empresa propuso hace meses un acuerdo a los dos afectados para cerrar las instalaciones el 1 de mayo a cambio de su desestimiento en el ejercicio de acciones penales contra los propietarios de la maderera. El acuerdo, que se suscribió bajo la tutela de los letrados de las dos partes, se blindó con una cláusula indemnizatoria según la cual los dos vecinos recibirán una importante cantidad en caso de incumplirse lo pactado.

La fecha de cierre se cumple en realidad al concluir la jornada laboral del jueves 30 de abril, porque el día 1 de mayo, viernes, se celebra la festividad del Día del Trabajo en toda España.

Desde finales del pasado año la maderera había venido reduciendo su plantilla debido a la caída de la actividad. Algún trabajador fue trasladado a otra empresa de los mismos propietarios y otros contratos fueron extinguidos por acuerdo entre las partes con las máximas indemnizaciones y derechos que establece la ley.

En las últimas semanas, sin embargo, la maderera recibió varios pedidos con el consiguiente repunte de la actividad. El calendario de fiestas y puentes forzó a Intanasa a sugerir a los dos vecinos un aplazamiento de la fecha de cierre para poder completar la fabricación y entrega de los pedidos. Los vecinos no han aceptado y los intentos de mediación municipal solicitados por la empresa tampoco han obtenido resultados.

Qué ocurrirá a finales de semana y, posteriormente, con el plazo vencido, está por ver, aunque las fuentes consultadas por este periódico mostraron la opinión de que el acuerdo será cumplido por parte de la empresa y del mismo modo por los vecinos.

Intanasa, que lleva años inmersa junto al Ayuntamiento en varios procesos contencioso-administrativo, ha perdido la batalla legal contra siete vecinos. Desde que conocieron el proyecto de ampliación de la fábrica denunciaron la conculcación de las distancias mínimas exigibles para desarrollar una actividad clasificada con el casco urbano y con viviendas habitadas.

Aunque algunas partes de este proceso todavía están pendientes de resolución, al igual que la reclamación indemnizatoria y por lucro cesante de la empresa a la Junta y al Ayuntamiento, a los que responsabiliza de todo lo sucedido, de la anulación de las licencias concedidas y por ende del fracaso del proyecto, hasta el año pasado ningún vecino había denunciado responsabilidades penales.

Apoyados en los informes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, en las sanciones impuestas por la Junta de Castilla y León, en informes periciales y médicos y en mayor medida en los daños a la salud que sostienen haber sufrido durante años de actividad contaminante, dos vecinos interpusieron una denuncia penal contra los propietarios de Intanasa.

La denuncia no tenía ya en cuenta la ampliación de la serrería en la que se consumieron varios años de recursos y resoluciones judiciales, sino la vieja fábrica. En esta denuncia se produjo el origen del acuerdo.

Desde el año pasado la empresa ha tratado de encontrar una salida para los terrenos de la ampliación y ha llegado a solicitar un cambio de uso del suelo para construir viviendas. El expediente ha avanzado en las últimas semanas.

La maderera tranquiliza a los trabajadores sobre su futuro laboral inmediato

Intanasa comenzó a funcionar en Santa Cristina en la década de los noventa y en plantilla llegó a tener decenas de trabajadores. Hace cinco años se decidió a ampliar la serrería pero topó con la resistencia de algunos vecinos. A medida que las distintas instancias judiciales iban resolviendo recursos todo parecía indicar que la maderera no lograría poner en marcha las nuevas instalaciones. La actividad durante el último año cesó de forma notable y se produjeron los primeros despidos. En planta apenas si una decena de trabajadores (siete según algunas fuentes) se afanan en estos días por completar los pedidos pendientes. Algunos han pedido a la empresa que les informe sobre su futuro por escrito. Otros han mantenido conversaciones con los propietarios. Según las mismas fuentes, la empresa les ha tranquilizado, aunque tampoco se conoce con exactitud si serán trasladados, si la actividad continuará en otro sitio o si se les planteará algún tipo de acuerdo.