La Reina de las Fiestas y sus Damas vivieron el momento de la Petición del Toro Enmaromado desde uno de los balcones del Ayuntamiento «como un instante muy emocionante», que mantendrán «para siempre entre sus mejores recuerdos». «Vivir este momento» es una de las ilusiones que tenían, que «repetirían» y «recomiendan» a todos los benaventanos.

Oihane Iturbe, Reina de la Fiestas 2009 explicó tras la petición que la experiencia ha sido «muy bonita» y lamentó «que sólo dure este ratito». «Es impresionante. La verdad es que me lo imaginaba más pequeño. Pero ha sido a la grande, impresionante. Me he quedado alucinada, de verdad», añadió.

Oihane vive desde el domingo su reinado «con mucha ilusión, con muchas de ganas de seguir y de vivir, de que sea el Toro y todo lo que queda por delante». Su elección resultó una sorpresa para ella. «No me lo esperaba para nada. Ha sido una alegría», explicó.

«Ha sido alucinante la gente saltando con la plaza llena, no cabe nadie más. Ha sido una experiencia inolvidable», declaró Marta Valle, una de las damas de este año.

Silvia Blanco, otra de las damas calificó de «impresionante» el acto en la plaza. «Estuvimos en el balcón con muchos nervios. Ha sido un subidón muy grande».

Tania Ganado casi no tenía palabras para señalar como vivió la Petición del Toro desde el balcón. Es «una experiencia inexplicable. Porque ves a todo el mundo saltando, pidiendo el Toro. Es una experiencia que desde abajo no tiene nada ver con arriba. Es inolvidable. Se lo recomiendo a todos los benaventanos», dijo.

Cristina Cid, la cuarta de las damas tampoco fue a la zaga de la emoción experimentada desde el balcón de la Casa Consistorial. Es alucinante. Creo que es una experiencia que vamos a recordar toda la vida. Me he quedado hasta sin voz».

Las Damitas Infantiles (Manuela, Noelia y Alba) señalaron que se lo estaban pasando «muy bien» estas fiestas, y que les había gustado la pedida del Toro en el balcón.

Hacía las dos y media de la tarde todas ellas disfrutaron de un lunch en el Parador de Turismo Fernando II. Después de ese último acto oficial, disfrutaron de las fiestas como el resto de niñas y jóvenes de la ciudad.