«En 1985 se inauguró en tierras de Zamora una nueva iglesia. Sustituye a un antiguo templo que forma parte del camino de Santiago situado en un paisaje presidido por el río Tera que da vida y nombre a toda la comarca. La iglesia parroquial de Pumarejo de Tera es obra del reconocido arquitecto Miguel Fisac Serna. De cómo llegó allí y se dejó seducir por sus gentes es una curiosa historia que creemos merece la pena ser rescatada».

Así comienza el prólogo del arquitecto Fermín Blanco que ilustra la exposición "Arquitectura En-Tera", una muestra fotográfica paralela a a otra específica del arquitecto Miguel Fisac Serna que puede contemplarse estos días en La Coruña. La exposición, a través de imágenes históricas y del trabajo del fotógrafo Alex del Río, que retrató a todos los vecinos del pueblo que construyeron la iglesia con sus manos, narra con imágenes algunos de los momentos de los setenta y tres días que duró la construcción del templo.

«La propia construcción de la iglesia destapa una peripecia digna de reconocer y poner en valor. La huella que ha dejado es aún palpable en la comarca y por este motivo acompañando la exposición homenaje a Miguel Fisac, huesos Varios, se han planteado una serie de actos, investigaciones y publicaciones a las que queremos sumar "Arquitectura enTera"», explica Blanco en su prólogo.

El monográfico pretende detenerse en la historia de la construcción pero especialmente en el carácter humano y social que hizo posible esta obra. «De cómo un pueblo seduce a un arquitecto de prestigio para realizar de modo altruista un proyecto de iglesia y dirección de obra. Sin mediar empresa constructora ni licencias urbanísticas de ningún tipo, son los propios vecinos quienes acometen la obra organizados en cuadrillas trabajando de sol a sol para levantar el templo en 73 días».

La obra esta salpicada de referencias del entorno como la piedra traída de cerros cercanos de Villageriz, la construcción de muro de piedra a dos caras que retrotrae a la excavación de la legión X Gémina o la puesta en valor del hormigón como material utilizado en masa al modo "Romano".

El edificio fue adaptado «al vacío urbano inmediato como un instrumento musical a su estuche. De hecho las variantes proyectadas se deben a que el proyecto no llegó a entrar físicamente en la primera medición del solar.

La construcción se realizó siguiendo un modelo de autoconstrucción, el hormigón ciclópeo con hojas de cuarcita a dos caras. La cuarcita facilita la preparación de la piedra «pues por naturaleza parte en tacos, de este modo con pocos esfuerzos puede prepararse el material»

La cubierta de cerchas tridimensionales de tubo de acero se colocan en el sentido longitudinal de la nave enfatizando la dimensión alargada del templo (soluciones ya utilizadas por Fisac en otras obras). Los andamiajes se realizaron con madera de choperas próximas.

El templo se asentó sobre la traza de una antigua iglesia existente que a su vez responde a una tipología muy característica de la zona, Miguel Fisac decidió conservar la espadaña y modificó por completo la traza de la nave en dos variantes, la segunda (finalmente construida) fue replanteada en el lugar «y de algún modo repite estructuras conocidas dentro de la obra religiosa del autor».

El arquitecto cambió el altar de lado y oscureció el templo manteniendo tan solo dos aberturas de luz a modo de vidrieras rasgadas verticalmente en el muro de piedra. Sin renunciar a la contemporaneidad del templo utilizó también un curioso sistema de cristales de colores insertados desde la parte superior en la cámara de piezas de u-glass. Como es común a toda su obra sacra, Fisac recurre a materiales constructivos para ejecutar sus vidrieras y fomenta el color cálido de las mismas cuando inciden sobre el sagrario mientras enfría la tonalidad al fondo de la nave con azules violáceos.

Alcobendas, el colegio de la Asunción de Cuesta Blanca, Santa Cruz en Coruña son otros ejemplos dentro de la obra del autor.

Como remate de los huecos deja vistas una pareja de viguetas de hormigón prefabricado para de este modo «"...no engañar al tiempo, ni a la historia...».

«El claro carácter asambleario de las iglesias de Fisac se observa mas en la primera versión que en la segunda, si bien al no poder desplegar el abanico llevó esta abertura al máximo posible por los limites del solar y enfatizó la dimensión alargada del templo también con ayuda de la estructura de cubierta», señala el comisario de la muestra.

El monográfico de la edificación se expondrá en Zamora en Semana Santa

El valor etnográfico de la "Arquitectura En-Tera" ha decidido a Fermín Blanco y Alex del Río a prolongar la vida de la muestra y hacerla extensiva a la capital zamorana, adonde llegará en Semana Santa.

«"Arquitectura En-Tera" pretende detenerse en la historia de la construcción pero especialmente en el carácter humano y social que hizo posible esta obra. De cómo un pueblo seduce a un arquitecto de prestigio para realizar de modo altruista un proyecto de iglesia y dirección de obra. Sin mediar empresa constructora ni licencias urbanísticas de ningún tipo, son los propios vecinos quienes acometen la obra organizados en cuadrillas trabajando de sol a sol para levantar el templo en 73 días».

Hoy en día la iglesia de piedra cuarcita se eleva destacando de entre edificaciones de adobe ya muy alteradas por el paso del tiempo.

El paisaje, los medios disponibles y el programa marcaron un proyecto hecho realidad de modo coherente. «Arte, construcción y sociedad se unen para generar una arquitectura entera de principio a fin».

Alex del Río tuvo la oportunidad de retratar el entorno, la iglesia y, fundamentalmente, a todos los vecinos que, por yeras, participaron en la construcción del templo en 73 días.