La aportación del Ministerio de Administraciones Públicas para la construcción de una pista polideportiva en la carretera de El Caracol acaba de perderse por no concluirse la obra en el plazo máximo permitido, por haber finalizado todas las prórrogas administrativas y por no haberse justificado la ejecución de los trabajos.

La Diputación Provincial de Zamora, que ha dado orden de devolver los 58.835 euros de la aportación del MAP más otros 5.735 euros en concepto de intereses, ha remitido cartas al Ayuntamiento de Benavente, a los dos directores que ha tenido y tiene la obra y a la empresa adjudicataria, Aguas y Medio Ambiente, para que expliquen su versión de lo ocurrido con este proyecto que tenía que haberse terminado de ejecutar en 2003 y sigue inconcluso.

La Institución provincial pretende reclamar el dinero perdido a los responsables de que la obra, que se encuentra a falta de pequeños remates para su conclusión, lleve paralizada desde hace meses y haya terminado perdiendo parte de su financiación inicial.

Con el nombre de Instalaciones Deportivas en Benavente, la ejecución de este proyecto se adjudicó a Agua y Medio Ambiente en octubre de 2002. El proyecto se financiaba con cargo a fondos del Programa Operativo Local y el montante de la obra ascendía a 551.000 euros. La Diputación aportaba 33.502 euros de fondos propios y 329.000 de fondos europeos, el Ayuntamiento 110.000 euros y el resto corría a cargo del Ministerio a través de una aportación propia y otra de fondos Feder.

El contrato con la empresa se firmó el 24 de octubre de 2002. Nueve meses después, la obra tenía que haberse terminado. Han pasado más de tres años y el proyecto sigue sin haberse ejecutado al cien por cien. Antes del acta de replanteo, el Ayuntamiento de Benavente solicitó la delegación de la dirección técnica, que le fue concedida el 18 de octubre de ese año. El equipo de gobierno del PP nombró director de la obra al entonces arquitecto asesor, Carlos Sanz Ceballos y a la empresa Castilla Ingeniería S.L..

En febrero de 2003 la obra se paralizó por primera vez porque la empresa la había comenzado sin el obligatorio plan de seguridad y salud.

En octubre, presentó las primeras certificaciones de obra aludiendo a varias separatas y fases del proyecto pese a que, según la Diputación, la obra no tenía ni unas ni otras.

En noviembre de 2003 se solicitó una ampliación del plazo para acabar las pistas. La Diputación solicitó un informe al director de obras, y Sanz Ceballos contestó que tenía que haber finalizado en noviembre. El técnico solicitó que se interrogara a la empresa, pese a que la Diputación había delegado la obra en el Ayuntamiento.

En el mes de marzo de 2004, la institución provincial recibe certificaciones firmadas por una persona que se llama Pedro Arroyo, cuyo título y nombre no constan a efectos de poseer poderes para emitir certificaciones. Estas se presentan de nuevo por separatas y fases y la Diputación recuerda que la obra es única e indivisible.

El Plan de Seguridad y Salud es presentado en abril de ese año y tres meses después, el Ayuntamiento de Benavente cesa al director de obra a través de un decreto de Alcaldía y nombra como sustituto al arquitecto municipal.

En noviembre de ese año, el Ministerio de Administraciones Públicas comunica a la Diputación Provincial que se han superado los plazos de prórroga y justificación. Según la institución, se dirigió una comunicación al Ayuntamiento que fue contestada con la remisión del acta de replanteo. Tras contactar con el Ministerio, ésta confirmó la pérdida de la subvención y ha dado orden a los servicios de intervención para proceder a la devolución del dinero. Fuentes de la institución aseguraron que esta situación no afecta a los fondos comunitarios que distribuye la propia Diputación. Hasta ese momento se habían aprobado certificaciones por valor de 378.000 euros, siempre según los datos de la institución.

La sucesión de datos y fechas aportadas a preguntas de este periódico no ofrece explicaciones sobre cuales han sido las razones de que la ejecución de la obra se haya dilatado en el tiempo, de que se certificasen unidades en separatas o fases pese a que se trataba de un único proyecto, que algunas de estas certificaciones las remitiese una persona desconocida, que los trabajos se paralizaran o que a fecha de hoy estén sin concluir y las pistas sin utilizarse.

El equipo de gobierno de la Diputación, que dijo remitirse a los informes técnicos, recuerda que la dirección de la obra fue delegada, que desde febrero de 2004 podría haberse acabado, que el proyecto fue modificado sin comunicárselo y que en al menos tres ocasiones intento retomar el proyecto sin éxito. Ahora ha anunciado que instará al Ayuntamiento a que la concluya.