Tres mil jóvenes benaventanos trocaron ayer la mesa y el mantel por un bocadillo para ayudar a Sierra Leona. El país africano recibirá de Benavente una ayuda de unos 18.000 euros. Con este dinero se abrirá una línea de microcréditos para subvencionar actividades agrícolas y de desarrollo rural.

El Día del Ayuno Voluntario que como cada año organiza Manos Unidas, trascendió de los colegios y los institutos a la Plaza de Santa María. En total se calcula que se vendieron entre 2.800 y 3.000 bocadillos de tortilla de patatas y de todo tipo de embutidos, además de un número menor preparados con nocillas para los más pequeños.

Sólo en los IES de "Los Sauces" y "León Felipe" los alumnos consumieron medio millar de bocatas, refresco incluido, según informó Juan Carlos López. En el resto de colegios y en la operación bocata general, el refresco suponía un desembolso extra de cincuenta céntimos además de los dos euros del almuerzo.

Restaurantes, bares, panaderías, carnicerías, tiendas, algunos supermercados y dos residencias de ancianos, la Mixta y El Jardín, aportaron gratuita y desinteresadamente la materia prima de este almuerzo solidario.

Los bocadillos envueltos y preparados llegaron a su destino listos para el consumo, explicó Raquel Herráez. Como en todo tipo de evento culinario, hubo preferencias. Se acabaron todos los bocadillos de tortilla de patatas. Se habían hecho doscientas en varios restaurantes y bares. Fue la estrella del ayuno voluntario.

Manos Unidas, que inició su cuadragésimo séptima edición de su campaña contra el hambre con una gala benéfica en el Reina Sofía, culminará los actos este domingo con una colecta en las parroquias.

Una herencia de 35.000 euros permite combatir el sida en Mozambique

Manos Unidas ha lanzado este año un mensaje «es posible crear otro mundo realmente humano y que depende de cada uno de nosotros conseguirlo». La organización no gubernamental culmina el trienio dedicado a la globalización con la idea de promover a su vez la globalización del derecho a una vida digna y de calidad.

Los aproximadamente tres millones de las antiguas pesetas que confían recaudar cuando el domingo cierren las colectas parroquiales tendrá como destino un país tan asolado por la pobreza que es considerado por los expertos como más pobre del mundo. A aumentar la gravedad de esta situación sigue contribuyendo una cruenta guerra civil que ha diezmado la población.

El año pasado, el tercio de una herencia legada a Manos Unidas por una benaventana permitió aportar 35.000 euros para un programa de detección del SIDA en Mozambique, y fundamentalmente entre el colectivo de mujeres embarazadas.

Ayer, Raquel Herráez, explicó que de los fondos que Manos Unida recauda y destina cada año a programas específicos en países necesitados, hay un seguimiento preciso y puntual. Desde que el dinero sale con destino al programa, hasta que se recibe y se materializa, la organización conoce todos los pormenores. Garantiza de esta forma que los fondos se emplean para el fin al que son destinados.