Los benaventanos no confían demasiado en que el futuro les depare mejores condiciones laborales, ni que los cursos formativos que se imparten actualmente estén sirviendo de ayuda. No, al menos, si no se arbitran soluciones. Así se desprende del capítulo noveno del informe que el sociólogo José Manuel Barrios acaba de entregar al Ayuntamiento de Benavente para el desarrollo del Programa Equal.

Barrios investigó acerca de la percepción de la población sobre las necesidades, los recursos y las medidas en materia de empleo y formación, para conocer qué opinan los benaventanos sobre esta iniciativa. Quería recoger las impresiones sobre los problemas más relevantes relacionados con el empleo y la formación en la ciudad; las medidas fundamentales que se deberían poner en marcha para incrementar el acceso al empleo y a la formación; y, por último, los agentes sociales que deberían implicarse activamente en la promoción y el desarrollo de las medidas necesarias.

Creó para ello cuatro grupos de discusión de siete personas cada uno con diferentes perfiles (trabajadores, desempleados, empresarios, técnicos, profesionales etc.); una técnica de investigación social que permite identificar problemas y diseñar estrategias efectivas para establecer posibles soluciones.

Los cuatro grupos identificaron más de una veintena de problemas y esbozaron un número similar de recetas o posibles soluciones (Ver cuadro de la derecha). El estudio recoge de manera amplia lo tratado por estos grupos de discusión, localiza los problemas y recoge qué medidas serían necesarias arbitrar.

Como síntesis de los problemas identificados por la población, Barrios destaca ocho grupos: las acciones formativas están mal empleadas y tienen poca claridad; hay precariedad y explotación laborales; incompetencia de las administraciones (el Ayuntamiento por no promocionar suficientemente los recursos locales y la Diputación por poner "zancadillas", las principales causantes de esta situación); hay dificultades especiales de las mujeres para encontrar un empleo; se realizan pocas inspecciones de trabajo en construcción y hostelería; disconformidad con la forma de pagar los salarios; los trabajadores adolecen de poca profesionalidad; y, por último, los empresarios reclaman más protagonismo en los cursos de formación.

Finalmente, las conclusiones a las que llega el estudio se agrupan en cinco bloques cuyo contenido es el que sigue. En primer lugar, los cursos de formación no están bien estructurados y no se adaptan a las necesidades formativas de la zona. Se critica que los profesores encargados de impartir la formación no se encuentran preparados, o, si lo están, no le dan a los cursos el suficiente aliciente como para hacerlos atractivos. Muchos trabajadores no asisten a los cursos de formación debido a que en ocasiones no se sienten motivados por la mala calidad y por los escasos resultados prácticos que se obtienen de los mismos. Además, los empresarios reclaman un protagonismo especial a la hora de diseñar el contenido de las acciones formativas con objeto de que se adapten a las necesidades de las empresas.

La precariedad y la explotación laboral en Benavente han sido temas recurrentes. Los jóvenes, sobre todo, han tenido experiencias negativas de manera especial en construcción y hostelería. Además, se denuncia que los empresarios de la zona no suelen realizar contratos formales cuando, por ejemplo, se necesitan más empleados por un exceso de producción. Las tareas que se realizan son muchas más de las que supuestamente vienen estipuladas en los contratos. Y a ello se une los bajos salarios o la práctica de cobrar en nómina una determinada cantidad y luego, "bajo cuerda", el resto. Con estas prácticas, se argumenta, los empresarios se ahorran muchos costes laborales y, además, poco a poco van jugando con los trabajadores.

En tercer lugar, para varios grupos, la escasez de empleo femenino ha sido duramente criticada, sobre todo por la desigualdad que en la actualidad todavía se percibe a la hora de contratar a una mujer. Se dice, por ejemplo, que en igualdad de condiciones los empresarios prefieren contratar hombres. Lo que reclaman, por tanto, es que se acabe con ese trato discriminatorio que en muchas empresas de la ciudad se les profesa.

En cuarto lugar, los empresarios son muy críticos con la escasa profesionalidad de los trabajadores. Cada vez estaría disminuyendo más el compromiso de los empleados con

la empresa. A ello se une el escaso interés que muestran muchos trabajadores cuando se les propone que acudan a cursos de formación. No obstante, esta postura se justifica también debido a que en muchas ocasiones no se sienten motivados para asistir debido a los pocos resultados prácticos que se obtienen de los cursos.

Por último, las instituciones más nombradas en los grupos de discusión y que lógicamente deberían implicarse más en el desarrollo de la zona -según el estudio- han sido la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento de Benavente y la Diputación de Zamora.

Los principales problemas y sus posibles soluciones (En documento PDF adjunto)